Talleres logró dar vuelta un encuentro complicado frente a Platense, en un partido lleno de intensidad y decisiones controvertidas, manteniendo vivas sus expectativas en el torneo. La actuación del arquero y las variantes tácticas marcaron el rumbo del encuentro.
La jornada en Vicente López fue una verdadera fiesta para los seguidores de Talleres, que anhelan un buen rendimiento en el certamen nacional e internacional.
La hinchada local coreaba con fervor: “queremos ver campeón”, reflejando la ilusión y la esperanza en su equipo. La situación en la cancha mostraba que el equipo cordobés, considerado un contendiente con potencial, enfrentaba un desafío importante.
El partido empezó con un error notable del arquero de Talleres, Juan Pablo Cozzani, quien en el minuto inicial protagonizó una falla en un mano a mano ante Rick, del equipo local.
Este error fue aprovechado por Platense, que en un córner corto, tras una jugada bien elaborada por Emanuel Reynoso, encontró el centro de Blas Rivero y la posición anticipada de Augusto Schott para abrir el marcador.
La confusión del arquero, que resbaló debido a las malas condiciones del área, facilitó el gol.
Tras la ventaja, Talleres optó por una postura más conservadora, tratando de aguantar y buscar posibilidades de contraataque. Platense, que tenía en sus filas a jugadores móviles como Ronaldo Martínez y Juan Saborido, buscaba ampliar la diferencia. El paraguayo, en particular, tuvo dos ocasiones claras: la primera, tras un centro de Mainero que Juan Portillo no pudo rechazar, y la segunda, en un mano a mano que fue desactivado por Guido Herrera.
Sin embargo, a los pocos minutos, la dupla técnica de Platense, Orsi-Gómez, hizo cambios estratégicos al ingresar a Franco Baldassarra y Nicolás Orsini, buscando darle mayor profundidad y presencia en ataque.
La respuesta de Talleres no tardó en llegar. En solo 80 segundos, logró revertir el marcador. El primer gol fue producto de un error no forzado del arquero de Platense, Santiago Fernández, quien controló mal un pase atrás y permitió que Mainero lo sorprendiera con un caño.
Luego, en una jugada de contragolpe, Orsini, demostrando su carácter y espíritu de lucha, centró atrás para que Ronaldo Martínez, con una chilena espectacular, anotara el tanto que dio vuelta el resultado.
A partir de ahí, la tensión se intensificó. Pablo Guiñazú, entrenador de Platense, intentó revitalizar el ataque con cambios como Galarza Fonda y Sebastián Palacios, pero el equipo tuvo dificultades para profundizar en la defensa adversaria.
Platense se cerró con efectividad, intentó salir de contragolpe y generó una oportunidad clara en la que Orsini, tras una gran movilidad, eludió al arquero y sacudió el poste.
Una jugada controvertida fue la falta de Ignacio Vázquez sobre Ortegoza dentro del área, que el árbitro Luis Lobo Medina no sancionó. La jugada ameritaba revisión con VAR y podría haber decidido un penal para los locales. Posteriormente, Federico Girotti tuvo una oportunidad con un potente disparo que perforó el travesaño, poniendo a Talleres cerca de sumar otra victoria.
En términos globales, Talleres fue ligeramente superior, dominando en muchas fases del encuentro. La diferencia estuvo en la capacidad de reacción y en la efectividad en momentos clave. La actuación del arquero de Talleres y las decisiones arbitrales, que en varias ocasiones generaron polémica, influyeron en el desarrollo del juego.
Este resultado mantiene viva la ilusión del equipo cordobés, que en el contexto del torneo y de la Copa Libertadores, busca mejorar su rendimiento.
La historia del club, fundado en 1931, y sus éxitos internacionales, como la Recopa Sudamericana de 1995, sirven de antecedente para pensar en un posible regreso a los primeros planos del fútbol sudamericano.
Con un enfoque renovado y un plantel que busca consolidarse, Talleres aspira a seguir sumando puntos y conquistar galardones en un escenario donde cada victoria tiene un peso importante en la historia del club y en la esperanza de sus seguidores.
