La ciudad de Santiago del Estero vive un ambiente de calma y expectativa ante la final del fin de semana, con hinchas y equipos arribando en silencio, mientras el estadio Unico Madre de Ciudades se prepara para el evento deportivo. La convocatoria y movilización de los fanáticos se mantiene en reserva, pero la pasión por el fútbol sigue latente en la provincia argentina.

En Santiago del Estero, la calma y la temperatura invernal parecen envolver toda la ciudad durante la siesta, dejando en movimiento únicamente al estadio Unico Madre de Ciudades, que se prepara para albergar una de las finales más importantes de la temporada.
Con temperaturas que rondan los dos grados bajo cero en la madrugada, la ciudad amaneció con un aire de tranquilidad que, con el paso de las horas, se mantiene casi inalterable.
La afluencia de hinchas todavía no se ha reflejado en las calles, y quienes ya arribaron prefieren mantenerse en silencio, reservando su entusiasmo para el día del partido.
El estadio, sin embargo, está en plena actividad: han marcado las líneas de juego con cal, limpiado los acrílicos de los asientos y hasta se ha pasado el plumero por cada butaca de las gradas, detalles que garantizan que todo esté en perfectas condiciones para el encuentro.
La final, que se disputará el domingo, es un hecho ineludible, pero en la ciudad aún no se percibe un clima de euforia general. La expectativa se concentra en otros eventos deportivos que ocurrirán esa misma noche, incluyendo partidos de la liga local.
Desde el viernes, los equipos de Primera División que disputarán la final ya están en Santiago del Estero. Platense, uno de los finalistas, llegó en la tarde y se alojó en un hotel cercano al estadio. Hoy, realizarán un entrenamiento a puertas cerradas, en un ambiente de silencio y concentración absoluto. En contraste, Huracán, el otro equipo, solo partirá desde Buenos Aires el sábado por la mañana, con la intención de llegar al día siguiente y preparar la cancha para la gran disputa.
La movilización de los hinchas también se ha organizado con meticulosidad. Los seguidores del Globo preparan una caravana con más de 100 micros, además de varias combis y autos particulares. Por su parte, los del Calamar han gestionado seis aviones charter y unos 70 micros para sus simpatizantes. Todos los movimientos están planificados para que las caravanas lleguen sin detenerse en ruta, concentrándose en un solo punto para salir en cadena y evitar contacto entre ambas hinchadas.
Aunque los accesos al estadio son vigilados por fuerzas policiales, la presencia de público en las calles aún es escasa. La ciudad, generalmente vibrante durante eventos deportivos, parece más enfocada en la pasión contenida que en una movilización masiva. La expectativa mayor estaba centrada originalmente en un partido en la provincia de Chaco, en la noche del sábado, pero ahora la atención se fija en la final que se jugará en el estadio.
Dentro de ese escenario, una anécdota ilustra la ferviente pasión de los hinchas: en un vuelo hacia Santiago del Estero, una azafata, socia de Platense, se dirigió a los pasajeros durante el viaje y expresó su amor por el equipo, exponiendo su deseo de estar presente en la cancha para apoyar a su club.
La llegada del plantel de Platense fue discreta, sin hinchas ni concentraciones masivas, en un entorno de absoluta reserva y seguridad. La policía los aguardaba con un vallado mínimo, y los jugadores permanecieron en silencio, enfocados en el objetivo del domingo.
El representante del club, Sebastián Ordóñez, expresó públicamente su deseo de estar presente en el vestuario después del partido y en contacto con los futbolistas y sus familias, aunque por un derecho de admisión aún no confirmó su presencia en el estadio.
La ilusión de Ordóñez y toda la dirigencia de Platense está puesta en la conquista de la estrella, ese objetivo que definiría toda una historia de esfuerzo y lucha.
Para un club como Platense, que nunca ha logrado coronarse campeón de la Primera División argentina, esta final es más que un simple evento deportivo: representa la oportunidad de dejar una huella en la historia del fútbol nacional.
La pasión que sienten las hinchas y hinchas, aun en la reserva, se traduce en un sueño colectivo que este fin de semana puede hacerse realidad. La ciudad, rodeada por la belleza de su paisaje y la historia futbolística que la acompaña, se prepara para vivir un momento que quedará en la memoria de muchos, mientras el estadio Unico Madre de Ciudades se viste de gala para recibir a los protagonistas de esta emocionante final.