El exfutbolista y técnico Osvaldo Escudero comparte sus experiencias en Japón, su paso por clubes argentinos y las anécdotas que marcaron su carrera. Además, analiza el estado actual del fútbol japonés y las expectativas para el Mundial de Clubes.

Imagen relacionada de osvaldo escudero recuerda su trayectoria en japon y su paso por el futbol argentino

El Pichi, como le apodan, se enorgullece de haber sido uno de los pocos jugadores en lograr dos vueltas olímpicas con Diego Maradona: una en el Mundial juvenil de 1979 con la Selección Argentina y otra en el Torneo Metropolitano del 81 con Boca Juniors.

Aunque en la actualidad no ejerce en ninguna liga profesional, continúa vinculándose al fútbol como técnico de las inferiores del club Boca Ratón, en Pilar.

Siempre está atento a nuevos llamados, los cuales últimamente llegaron desde El Salvador, aunque las nuevas regulaciones locales, que exigen un contrato mínimo de un año para los entrenadores extranjeros, complicaron su participación.

Desde sus inicios, Escudero ha tenido una marcada inclinación por afrontar retos desconocidos, incluso en mercados poco explorados para los argentinos en su época.

Tal es así que en 1991, siendo ya un jugador consolidado, se convirtió en uno de los pioneros en jugar en #Japón con el Urawa Red Diamonds. En aquellos años, la liga nipona no era profesional y el equipo aún funcionaba bajo el nombre de Mitsubishi Motors, representando a la empresa homónima.

Su experiencia en el país del sol naciente no solo fue de adaptación sino también de profunda enseñanza para entender la cultura deportiva y laboral de Japón.

"Yo tuve la suerte de ser el primer extranjero en jugar en ese club, junto a Patricio Mac Allister, en un tiempo en el que la liga aún era amateur", comenta Escudero.

Relata que la experiencia en Japón fue maravillosa, que le brindaron muchas pautas de trabajo relacionadas con disciplina, orden y horarios, aspectos que antes no valoraba en toda su dimensión.

Su estadía en Japón duró dos temporadas, hasta 1993, un período en el que el fútbol local empezaba a fragmentarse del modelo amateur hacia un profesionalismo total.

La estricta disciplina japonesa quedó grabada en su memoria: desde llegar a tiempo a los entrenamientos, incluso con sus hijos pequeños, hasta el respeto por las reglas del club.

Estas vivencias le permitieron destacar en su equipo, hasta el punto de que aún recibe regalos y camisetas del club cada vez que algún representante visita Buenos Aires.

Antes de su aventura en Japón, Escudero tuvo un paso por múltiples clubes argentinos como Chacarita, Boca, Vélez, Unión, Independiente, Central Córdoba, Racing, Platense, Chaco For Ever y Tigre, además de su paso por Barcelona en Ecuador.

En sus años en el fútbol, pudo experimentar cambios y desafíos constantes, tanto dentro como fuera de la cancha.

Uno de los episodios que marcó su relación con el fútbol fue su enfrentamiento con Miguel Brindisi, con quien compartió vestuario en Boca. La pelea surgió por diferencias en el rendimiento y en la forma de entender el deporte, situación que terminó alejándolos. Sin embargo, con el tiempo, se cruzaron en una entrevista y saldaron las diferencias, manteniendo un respeto mutuo.

Su llegada a Japón fue gracias a un ofrecimiento de 170 mil dólares en aquella época

Su llegada a Japón fue gracias a un ofrecimiento de 170 mil dólares en aquella época, una suma considerable, equivalente a unos 160,000 euros actuales, junto con alojamiento y coche.

La adaptación fue dura, especialmente por la barrera idiomática y la distancia familiar, pero su esposa y sus hijos lograron integrarse en la cultura japonesa poco a poco.

Sus hijos, en especial Leandro, incluso aprendieron japonés y se adaptaron a la vida en Saitama, donde se ubica la ciudad del club.

El fútbol japonés ha evolucionado considerablemente desde aquellos años. Escudero observa con optimismo el crecimiento del nivel de Urawa Red Diamonds, que hoy es uno de los clubes más populares del país, comparable a Boca o River en Argentina.

Considera que, aunque River Plate mantiene claramente una ventaja en jerarquía, el conjunto japonés ha desarrollado jugadores muy técnicos, ágiles y rápidos, que pueden poner en aprietos incluso a equipos de elite.

Para Escudero, el encuentro entre River y Urawa en el #Mundial de Clubes será una oportunidad para medir la evolución del fútbol japonés y confirmar la competitividad del campeón de esa liga.

A su juicio, River, aunque ha perdido algo de su nivel de antaño, ha comenzado a encontrar el ritmo que pretende Marcelo Gallardo, enfocado en un juego ofensivo y dinámico, aunque necesita reforzar su línea defensiva.

Además, analiza la situación de Boca Juniors en el contexto internacional, señalando que, a pesar de sus problemas internos, el equipo todavía cuenta con buenos jugadores y un técnico experimentado como Sebastián Russo, que puede ordenar el plantel y hacer una buena performance en la cancha.

Por último, Escudero rememora su amistad y relación con figuras del fútbol argentino, como Diego Maradona y César Menotti, a quienes tuvo la oportunidad de conocer y con quienes compartió momentos memorables.