Artistas urbanos y hinchas expresan su malestar con imágenes y leyendas en murales que critican a las autoridades del fútbol argentino, evidenciando un clima de protestas y controversias en torno al arbitraje y la dirigencia.
Artistas callejeros han plasmado en paredes imágenes y leyendas que expresan el malestar popular hacia las actuales autoridades del fútbol argentino, en particular hacia Claudio Tapia, presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA).
Estas pinturas, que amanecieron con consignas agresivas y críticas, reflejan un profundo descontento por la gestión y los escándalos que rodean al fútbol del país.
En Morón, una de las localidades con mayor tradición futbolística, se pintó una pared de color rojo con la imagen de una atajada de Emiliano Martínez durante el Mundial, acompañada de la leyenda "Mafia" en letras grandes.
La misma tendencia se dio en Parque Patricios, donde un mural muestra a Lionel Messi levantando una bolsa de residuos en lugar de la Copa del Mundo, símbolo del rechazo a las decisiones y a la #corrupción del poder.
Estas expresiones callejeras representan el hartazgo de los hinchas y la ciudadanía ante la percepción de que los intereses políticos y económicos pesan más que el rendimiento deportivo y la transparencia.
Uno de los hechos que ha encendido aún más los ánimos fue la reciente controversia en Barracas Central, un club que ha sido protagonista de múltiples polémicas arbitrales.
La victoria del equipo contra Huracán, que aportó puntos clave para su clasificación en el torneo, estuvo marcada por decisiones polémicas de los árbitros.
Específicamente, en el estadio Claudio Fabián Tapia, se concedieron dos penales muy cuestionados, uno del hijo del dirigente y otro que terminó en gol para Barracas.
Estos fallos, que favorecieron claramente al equipo dirigido por Sergio Rondina, levantaron sospechas de un manejo irregular de los arbitrajes, lo cual refuerza la percepción de una estructura que favorece a ciertos equipos en detrimento de otros.
El uso de árbitros y asistentes en los partidos de Barracas Central también ha sido objeto de análisis. Se ha detectado que 4 árbitros dirigieron cerca del 70% de sus partidos en la fase inicial del torneo, con nombres como Nicolás Lamolina, Darío Herrera y Andrés Gariano a la cabeza.
La presencia recurrente de estos oficiales, junto con los fallos polémicos que generaron la indignación de otros clubes y aficionados, evidencia una posible manipulación de los resultados que deslegitima la competencia.
Por otra parte, el papel del VAR en estos incidentes también ha sido cuestionado. Los partidos de Barracas Central en el Grupo A de la competencia, donde la mayoría de las decisiones controvertidas ocurrieron, estuvieron supervisados por un reducido grupo de árbitros y asistentes que parecieron favorecer en varias ocasiones al análisis del árbitro de turno.
La presencia de jueces como Jorge Baliño, Lucas Novelli y Silvio Trucco en los análisis de varias jugadas polémicas, ha incrementado las sospechas de una cobertura premeditada para beneficiar ciertos resultados.
Las #protestas callejeras y los #murales no solo expresan enfado contra la dirigencia
Las protestas callejeras y los murales no solo expresan enfado contra la dirigencia, sino también contra la corrupción en los arbitrajes. La percepción de impunidad y las decisiones a medida han socavado la credibilidad del fútbol argentino, que ya sufrió un duro golpe durante los últimos años por múltiples escándalos de corrupción, incluido el famoso FIFA Gate.
Además, el humor social se expresa en grafitis y pintadas que denuncian que la inversión en el deporte ha sido utilizada para intereses ocultos, sin beneficiar realmente a los clubes o a los seleccionados nacionales.
Históricamente, el #fútbol argentino ha sido una de las instituciones más influyentes del país, con raíces que se remontan a principios del siglo XX.
La rivalidad entre clubes tradicionales y el poder político ha sido constante, pero en los últimos tiempos, la corrupción y los manejos oscuros han agravado la confianza de los hinchas y la gente en general.
El expresidente de la AFA, Don Julio Grondona, durante décadas fue una figura que acaparaba el poder y controlaba las decisiones arbitrales y la distribución del dinero, hasta su fallecimiento en 2014.
Desde entonces, muchos creen que su legado ha sido utilizado para mantener un statu quo que beneficia a ciertos sectores económicos y a las dirigencias particulares.
La situación actual refleja un momento crítico en el fútbol argentino, donde las protestas populares, expresadas a través de murales y manifestaciones callejeras, buscan una mayor transparencia y justicia en la disciplina.
La esperanza de una reforma profunda, que pueda devolver la credibilidad y la pasión que en su momento caracterizaron a los hinchas argentinos, sigue siendo una aspiración.
