En una apasionante definición desde el punto penal, Huracán se impuso a Independiente en Avellaneda, consiguiendo un boleto a la próxima fase y poniendo fin a una sequía de casi 50 años sin títulos en competiciones nacionales.

El debut de la jornada en Avellaneda fue intenso y lleno de emociones, culminando con una definición por penales que favoreció a Huracán, dejando a Independiente con las manos vacías y un sinsabor que persiste desde hace casi medio siglo.
La tanda definitiva fue un reflejo de la ardua batalla que ambos equipos brindaron en el campo, pero la suerte estuvo del lado del Globo.
El partido fue un espectáculo de estrategia, intensidad y nerviosismo, donde ambas escuadras lucharon con todo por avanzar. Pese a que Independiente dominó la posesión del balón (aproximadamente 72% en la primera mitad) y generó varias ocasiones de peligro, encargadas de hacer trabajar a su arquero Hernán Galíndez, Huracán demostró solidez defensiva y contragolpe efectivo.
La presión del equipo visitante fue constante, especialmente desde los extremos con Miljevic y Guidara, creando mucho riesgo en la última línea local.
Desde los primeros minutos, la estrategia de Frank Kudelka se notó. A pesar de que dejó sentir su intención de neutralizar a Kevin Lomónaco y de cuidar a los volantes creadores Iván Marcone y Felipe Loyola, el equipo de Avellaneda tuvo dificultades para romper el cerrojo del Globo.
Los avances por las bandas, especialmente por la derecha con Montiel, resultaron ser las vías de ataque específicas, aunque sin lograr definir con nitidez en varias ocasiones.
Las acciones más claras del Rojo en el primer tiempo incluyeron un cabezazo de Sebastián Valdez que Galíndez logró detener y un disparo de Montiel que pasó por encima del arco.
Por su parte, Huracán mostró un juego ordenado y peligroso en los contragolpes, incluso logrando generar peligro en las áreas contrarias, como en una oportunidad donde César Ibáñez estuvo muy cerca de anotar.
La figura del arquero Hernán Galíndez fue fundamental para mantener la paridad, exhibiendo reflejos y atajadas que dejaron en claro que la victoria sería muy disputada.
En la segunda mitad, el ritmo del partido se mantuvo. Ambos entrenadores buscaron variantes para desequilibrar. Kudelka introdujo a Hidalgo, en lugar de Tarzia, intentando sumar profundidad, aunque no fue suficiente. Los cambios en el equipo local fueron mínimos, priorizando mantener la organización y la resistencia en un encuentro que aún podía decantarse para cualquiera.
Cuando parecía que el partido culminaría sin goles, una jugada polémica en la tanda de penales cambió el resultado. Independiente falló su primer intento con Galdames, mientras que Huracán convirtió con precisión, sellando el pase a la siguiente fase. La alegría en el vestuario del Globo contrasta con la tristeza y el añoranza de los hinchas del Rojo, que llevan casi cinco décadas buscando volver a levantar un título importante.
Históricamente, Independiente es uno de los clubes más grandes y con más historia en Argentina, con numerosos títulos nacionales e internacionales.
Desde su última conquista en la Liga Argentina en 1994, el club ha atravesado altibajos, buscando recuperar su gloria pasada. Huracán, por su parte, ha demostrado en los últimos años una regeneración impresionante bajo la dirección de Kudelka, que le permitió pelear en diferentes frentes, incluyendo la Copa Sudamericana.
Este resultado deja a Huracán con la ilusión de avanzar en la competencia y soñar con un regreso a los primeros planos del fútbol argentino, mientras que Independiente deberá replantear su presente y buscar formas de revertir esta mala racha para retornar a los primeros lugares.
La próxima etapa promete ser emocionante, con ambos equipos conscientes de su historia y de los objetivos que aún mantienen en el horizonte deportivo.