El equipo de Río Cuarto conquista su ascenso a la Liga Profesional tras una durísima temporada en la Primera Nacional, destacando la actuación de sus jugadores y la fortaleza grupal en un logro histórico para el club.

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Tras una temporada extremadamente competitiva en la Primera Nacional, el equipo logró coronarse, dejando atrás años de esfuerzo y sacrificio. La celebración en el estadio Abel Sastre fue menos ruidosa que otras, ya que ocurrió en un momento en que los hinchas de Deportivo Madryn ya habían abandonado el campo.

Sin embargo, para los jugadores Gonzalo Maffini y Alejandro Cabrera, la alegría era inmensa y claramente visible en sus rostros, marcando un momento de satisfacción personal y colectivo.

Gonzalo Maffini, capitán del equipo, expresó su orgullo y agradecimiento al club y a la dirigencia. Con una trayectoria que incluye varios ascensos en su carrera, Maffini consideró este logro como una forma de devolverle al club lo que le dio en los peores momentos.

A sus 32 años, el defensor, que también tuvo un paso por Belgrano, ha sido parte de las campañas que llevaron a Estudiantes del Federal B a la #Primera Nacional en 2019, tras ascensos en 2016 y 2019.

La persistencia y resiliencia fueron claves para alcanzar este objetivo, que en 2021 parecía lejano tras dos finales perdidas ante Sarmiento y Platense.

La final del domingo fue un partido duro en el que el equipo tuvo que enfrentarse a un Deportivo Madryn que apostó por un juego directo, con dos delanteros de gran peso como Luis Silba y Germán Rivero.

Maffini resaltó la importancia de la organización defensiva y la capacidad de leer los balones parados, ya que su equipo supo aprovechar esas oportunidades.

«Sabíamos que debíamos estar atentos a los rebotes y a los centros, y en eso fuimos superiores en toda la serie», comentó.

Además, Maffini destacó la fortaleza grupal como la base del éxito. El plantel, compuesto por jugadores de calidad y con experiencia, supo sobreponerse a los obstáculos durante la temporada. En palabras del capitán, «cada caída fue rápidamente revertida, y eso nos permitió mantenernos enfocados y confiados en la meta». La unión, el compromiso y la mentalidad de equipo fueron fundamentales para lograr esta histórica clasificación.

Por su parte, Alejandro Cabrera, otro veterano del plantel, resaltó la construcción colectiva que llevó al equipo a este momento tan importante. Con un pasado en Banfield y con varias lesiones que limitaron su participación en Primera División, Cabrera volvió a Estudiantes en 2024 y se convirtió en figura durante los playoffs.

Este #ascenso es el resultado de mucho trabajo en conjunto»

El mediocampista, que en total suma 33 años, remarcó que el esfuerzo y la dedicación del grupo fueron decisivos. «Atravesamos momentos difíciles, pero nos levantamos siempre. Este ascenso es el resultado de mucho trabajo en conjunto», afirmó.

La temporada también estuvo marcada por desafíos personales, especialmente para Cabrera, que sufrió varias lesiones graves en su rodilla derecha, sufriendo roturas del ligamento cruzado en tres ocasiones diferentes.

A pesar de esas adversidades, su rendimiento en la final fue destacado, demostrando que la experiencia y la perseverancia son cruciales en el deporte de alto nivel.

Este logro también tiene un significado histórico, ya que Estudiantes de Río Cuarto, fundado en 1918, siempre ha sido un equipo con aspiraciones de crecer en la élite del fútbol argentino.

La promoción a la Liga Profesional representa un paso importante en su desarrollo, que seguramente atraerá la atención de más aficionados y potenciales refuerzos en el futuro.

La institución busca consolidarse en la máxima categoría y seguir dejando huella en el fútbol nacional.

En el contexto internacional, la historia del ascenso de este club se asemeja a otros ejemplos de crecimiento y superación en diversos países, donde los clubes pequeños logran escalar gracias a la determinación de sus jugadores y la solidez de su proyecto deportivo.

La victoria del domingo no solo simboliza un triunfo deportivo, sino también la reafirmación del espíritu de lucha que caracteriza a muchas instituciones en América Latina.