Un gol celebrado con un movimiento de taquito en un partido de la tercera división del fútbol argentino detonó una violenta pelea entre los jugadores, dejando heridas, enfrentamientos y un escenario de caos en el estadio De los Inmigrantes.

En un incidente que quedó grabado en la memoria de los aficionados del fútbol argentino, un acto aparentemente simple se transformó en una escena de caos y violencia en la tercera división, evidenciando las pasiones desbordadas en este deporte.
La escena ocurrió en el estadio De los Inmigrantes, en el sur del conurbano bonaerense, durante la disputa entre Dock Sud y Sacachispas, en la fecha 19 de la Primera B, la tercera categoría del fútbol nacional que, pese a su nivel, suele ser escenario de episodios de gran dramatismo.
El partido, que inicialmente parecía seguir un trámite normal, cambió radicalmente en los últimos minutos. Dock Sud logró un gol en el minuto 94 que sellaba la victoria, en un contexto donde el encuentro había sido intenso y lleno de emociones. Mauro Schönfeld, el delantero de Dock Sud, recibió un pelotazo en el área, controló el balón y, en un acto de destreza, decidió definir de taquito, dejando al arquero de Sacachispas sin chances.
Este gol, que podría destilar admiración por su calidad técnica, en ese momento fue visto como una provocación por los jugadores rivales, que consideraron la acción como una falta de respeto y un acto de burla.
La jugada fue capturada y difundida en redes sociales, generando opiniones divididas: mientras algunos celebraron la creatividad del juvenil de 22 años, otros criticaron la actitud arrogante y poco deportiva.
Pero lo que empezó como un simple gol terminó en un enfrentamiento que dejó heridas físicas y demuestra el nivel de tensión que puede alcanzar el fútbol de ascenso en Argentina.
Inmediatamente después de la jugada, los jugadores de Sacachispas, acompañados por su cuerpo técnico y suplentes, se lanzaron hacia Schönfeld en una reacción agresiva.
La situación escaló rápidamente, con empujones, patadas y amenazas que derivaron en una batalla campal.
En medio del caos, un jugador de Dock Sud quedó tendido en el suelo con el rostro ensangrentado; una ambulancia fue rápidamente movilizada para atenderlo, trasladándolo a un centro médico cercano para ser atendido de las heridas.
La violencia en el fútbol argentino, especialmente en divisiones inferiores, ha sido una problemática persistente que refleja la pasión desmedida y, en ocasiones, la falta de control en estos escenarios.
Históricamente, el ascenso argentino ha visto episodios de violencia y escándalos similares, siendo un recordatorio de que el deporte puede, a veces, convertirse en una catarsis de frustraciones y rivalidades.
Por otro lado, la hinchada de Dock Sud salió indignada tras estos hechos, intentando ingresar a la cancha con ánimo de tomar represalias por su jugador.
La policía tuvo que intervenir con bombas de gases lacrimógeno y balas de goma para dispersar a los exaltados, en un escenario que parecía sacado de una película de acción.
Este episodio, que quedó marcado por un gol de taquito y por la furiosa reacción de los protagonistas, evidencia una problemática que trasciende las canchas: la necesidad de reforzar medidas de seguridad y promover un fútbol más respetuoso en todas las categorías.
El valor del partido, en dinero, también refleja la inversión que circula en estos niveles del fútbol. Según fuentes deportivas, el contrato de transferencia de Schönfeld, por ejemplo, tiene una valoración cercana a los 50.000 euros, cifra que representa el esfuerzo de clubes modestos por nutrir y potenciar sus talentos en un escenario donde las emociones suelen desbordarse y los límites se difuminan.