Favio Orsi y Sergio Gómez, la pareja que guió a Platense hacia su primer campeonato en la historia del fútbol argentino, celebraron con lágrimas de felicidad tras vencer a grandes equipos en el torneo. Su historia, marcada por la humildad y la perseverancia, los convirtió en los protagonistas de una hazaña inolvidable para el club.

Los artífices de la histórica conquista de Platense en el fútbol argentino fueron, sin duda, Sergio Gómez y Favio Orsi. Por primera vez en la historia del club y del fútbol del país, una dupla técnica lograba coronarse campeona, dejando huella en la memoria de sus hinchas y en la historia deportiva.
La celebración fue emotiva y desbordó lágrimas y felicidad entre ambos, en un festejo que quedó grabado en la tierra de Santiago del Estero.
Al sonido del pitido final de Facundo Tello, Gómez y Orsi no pudieron contener su emoción. Se abrazaron con entusiasmo, dieron saltitos de alegría y compartieron su felicidad de manera visceral. Sergio Gómez, conmovido, expresó: "No sé exactamente qué está pasando, solo sé que estamos viviendo un sueño". En ese momento, se encontraba acompañado de su hija pequeña, Francesca, quien, curiosamente, llegó al mundo con la copa en sus manos, en el corazón de Santiago del Estero, tierra de su madre.
Gómez, entre lágrimas, afirmó: "Mis cinco hijos son mi motor, y Francesca, junto con la copa, representa un momento único en sus vidas. La llegada de mi hija en esta tierra es un símbolo de que todo vale la pena".
Por otro lado, Favio Orsi, un técnico que no tiene a su padre en la vida, pero sí a su madre, quien estuvo presente en los festejos y lo abrazó emocionada, también expresó su felicidad.
"Mi mamá siempre fue mi guía y mi sostén, y verla aquí, disfrutando este logro, es muy especial", dijo entre lágrimas. Ambos entrenadores coincidieron en que para ser campeones, tuvieron que vencer a todos los rivales, y lo lograron con sudor, esfuerzo y corazón.
La historia de esta dupla nació en las divisiones menores y en el barro del Ascenso. Se conocieron en 2011, cuando Oscar Santángelo los invitó a sumarse al cuerpo técnico de Fénix. Desde ese momento, su vínculo se fortaleció y con el tiempo, se convirtieron en una pareja inseparable, trabajando con humildad y pasión. Gómez abandonó su carrera como futbolista, mientras que Orsi, tras una lesión, se volcó a entrenar a jóvenes en Escobar. Juntos, construyeron una carrera llena de logros y satisfacciones.
Su camino no fue fácil. En Flandria lograron ascender a la Primera Nacional con una defensa impenetrable, dejando solo 9 goles en contra en 19 partidos, una hazaña memorable.
En Godoy Cruz, vencieron al River de Marcelo Gallardo en el gigante Monumental en Mendoza, repitiendo ese triunfo en varias ocasiones. En San Martín de Tucumán, lideraban la tabla antes de que la pandemia truncara su sueño, pero nunca bajaron los brazos.
Con Platense, dieron un paso más allá: eliminaron en semifinales a tres grandes del fútbol argentino —Racing Club, River Plate y San Lorenzo— y en la final derrotaron a Huracán en Santiago del Estero.
Este logro, sin precedentes para el club, no solo cambió su historia, sino que también consolidó su legado como los entrenadores que con poco lograron mucho.
La emotividad, la humildad y la perseverancia de Gómez y Orsi los convierten en ejemplos de cómo el trabajo en equipo y la pasión pueden transformar la vida y la historia del fútbol en Argentina.