El club patagónico, fundado en 1924, disputa por primera vez en su historia una final de ascenso a la Liga Profesional. A pesar de su desempeño deportivo destacado, el equipo enfrenta turbulencias relacionadas con arbitrajes polémicos, conflictos políticos internos y un escándalo en un partido clave que ha tensado aún más su camino hacia el fútbol de élite.

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La final del torneo de la Primera Nacional, que disputará contra Estudiantes de Río Cuarto, representa una oportunidad única para el club fundado en 1924, que durante décadas transitó en el anonimato según los registros históricos y ahora busca consolidarse en la élite.

Sin embargo, su recorrido ha estado marcado por una serie de turbulencias que han empañado su rendimiento y puesto en entredicho la transparencia del torneo.

La reciente clasificación a la final se vio envuelta en #polémicas arbitrales, decisiones disciplinarias controvertidas y un conflicto político interno que involucra a los dirigentes del club y a las autoridades del fútbol local.

El último partido contra Deportivo Morón, que terminó con una ajustada victoria de 1-0 a favor de Madryn gracias a un cabezazo de Santiago Postel, estuvo rodeado de críticas por el arbitrario Pablo Echavarría.

Hubo decisiones cuestionables, como un gol que llegó tras una infracción no sancionada y varias jugadas en las que se pudo haber sancionado penal para el equipo visitante.

Además, jugadores de Morón terminaron con marcas de golpes y heridas, y se denunciaron errores que favorecieron a Madryn.

Pero más allá del pobre arbitraje, el episodio que generó mayor conmoción fue la multitudinaria reacción posterior al pitazo final. La tensión derivó en enfrentamientos físicos, empujones y agravios, incluso con el uso de gases lacrimógenos por parte de la policía, que reprimió a los futbolistas y delegados de Morón.

En las imágenes que circularon en las redes sociales, se pudieron ver escenas de violencia y caos, que contrastan con la idea tradicional de un partido de fútbol.

Estos hechos se suman a un antecedente reciente: la suspensión del director técnico de Morón, Walter Otta, quien fue sancionado por la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) sin haber sido acusado formalmente.

La suspensión de 30 días y la prohibición de ingresar a los vestuarios impactaron en la preparación del equipo para la revancha, en la que se esperaba un duelo decisivo.

Otta, que negó las declaraciones que le imputaron en redes sociales, tuvo que seguir el partido desde la tribuna, mientras sus jugadores enfrentaron un escenario adverso.

La dirigencia de #Deportivo Madryn está vinculada políticamente a figuras del poder local

Por otro lado, en el plano institucional, la dirigencia de Deportivo Madryn está vinculada políticamente a figuras del poder local. Ricardo Sastre, actual vicegobernador y presidente del club, pertenece a una familia con amplia influencia en Chubut. Su hermano, Gustavo Sastre, también ocupa cargos políticos y mantiene una estrecha relación con las instituciones del fútbol local y regional. Estas conexiones generaron cuestionamientos sobre posibles conflictos de interés, especialmente ante decisiones que beneficiaron al club en sus diferentes procesos administrativos.

Uno de los aspectos más destacados en la historia reciente del club fue la visita de una delegación de la Conmebol, que inspeccionó las instalaciones del estadio Abel Sastre con miras a posibles homologaciones para competencias internacionales.

Aunque aún faltan requisitos técnicos y de infraestructura, la evaluación positiva representa un respaldo institucional inesperado en un escenario del Ascenso, que tradicionalmente es visto como marginado del fútbol de primer nivel.

Desde su fundación, Deportivo Madryn transitó en torneos regionales hasta llegar al Federal A en 2016, logrando en 2021 su #ascenso a la Primera Nacional tras vencer en una dramática definición a Racing de Córdoba.

Su desempeño ha sido siempre de ascenso y lucha, pero en 2025 alcanzó un pico sin precedentes al llegar a la final por primera vez. La derrota en Mendoza ante Gimnasia, en una serie marcada por la controversia en un partido suspendido en Jujuy por amenazas de dirigentes locales, quedó en la memoria del club y sus seguidores.

Ahora, con la final contra Estudiantes de Río Cuarto en puerta, Deportivo Madryn afronta una semana decisiva. La serie, a doble partido, no otorga ventaja deportiva, por lo que si el marcador global termina igualado en la revancha, se disputarán tiempo extra y penales.

Los dirigentes y jugadores expresaron su optimismo, asegurando que este es “el momento más grande en la historia del club”, y confiaron en que el rendimiento deportivo será superior a las sombras y conflictos que han marcado su temporada.

En definitiva, Deportivo Madryn se encuentra en una encrucijada: por un lado, la oportunidad de cumplir un sueño largamente deseado; por otro, las dificultades de un contexto polarizado, donde la política, la justicia y los intereses deportivos se cruzan en su camino hacia la tan anhelada primera división.