El jugador campeón del mundo, Ángel Di María, hizo su primera aparición en Tucumán tras el campeonato en Qatar 2022, recibiendo una ovación de pie en el Estadio José Fierro durante un partido entre Atlético Tucumán y Rosario Central. El encuentro, que terminó en empate 0-0, marcó la vuelta del público visitante y reunió a más de 3.200 hinchas canallas en un marco histórico. Di María, ícono de la selección argentina y héroe en la final contra Francia, fue reconocido y aplaudido por su conexión con la provincia, dejando una huella imborrable en los aficionados presentes.

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La presencia de Ángel Di María, quien visitaba por primera vez su tierra natal tras haber conquistado la Copa del Mundo en Qatar 2022, encendió los corazones de los presentes, que le brindaron una #ovación de inmediato.

La noche estuvo marcada por el regreso de las tribunas visitantes a un #partido oficial tras más de cinco años,rompiendo así una abstinencia que había sido reforzada por restricciones sanitarias y decisiones deportivas anteriores.

El partido, correspondiente a la cuarta fecha del torneo Clausura en la zona B, enfrentó a #Atlético Tucumán y Rosario Central. La cancha, que en otra época habría estado teñida con los colores visitantes, experimentó un precedente con la llegada de más de 3.200 hinchas canallas, que con cánticos y entusiasmo participaron en un evento que tuvo un impacto muy emocional para todos los asistentes.

Desde que la pandemia de COVID-19 alteró las actividades deportivas, los estadios argentinos han buscado reconstruir la conexión entre el público y el fútbol, y esta noche en Tucumán fue un ejemplo claro.

La presencia de Di María, reconocido tanto por su talento como por su historia en la selección argentina y en clubes europeos, fue el centro de atención.

Antes del arranque del juego, el jugador fue homenajeado con una plaqueta en reconocimiento a su trayectoria y a su papel en la consagración mundial.

Durante el desarrollo del encuentro, #Di María mostró su carácter competitivo. Desde los primeros minutos, Atlético Tucumán presionó intensamente, buscando incomodar a los visitantes, y el ídolo se perdió en diagonales habilidosas y movimientos rápidos, siempre vigilado por los defensores locales.

La tensión en la tribuna era palpable, ya que todos sabían que cada toque de Fideo podía desatar alguna genialidad. La tensión creció cuando Leandro Díaz anotó un gol para el equipo local, pero el árbitro invalidó la jugada por una supuesta infracción previa, generando fuertes protestas.

Di María empezó a tomar las riendas del juego

A medida que avanzaba el partido, la disputa se convirtió en un duelo parejo, con ambos equipos buscando abrir el marcador sin éxito. El colombiano Campaz fue una de las figuras más destacadas por su peligro constante. En el segundo tiempo, Atlético tomó la iniciativa y, por su parte, Di María empezó a tomar las riendas del juego, dejando en claro por qué es considerado uno de los mejores.

Se lo vio organizando el juego, pidiendo calma a sus compañeros y buscando espacios con su zurda magistral.

En el minuto 19 del segundo tiempo, Central tuvo la oportunidad más clara del partido. Un error en salida local dejó la pelota servida para Veliz, que asistió a Campaz, pero su disparo fue rozado por fuera, desperdiciando un posible gol.

Pero la verdadera ovación llegó a los 38 minutos, cuando Di María dejó el campo entre aplausos prolongados y emocionados. La multitud, que lo veneraba desde que ingresó, le rindió un tributo eterno, levantándose para despedirlo con respeto y gratitud.

El resultado final fue un empate 0-0, pero el valor de esta noche trascendió el marcador. La participación de Di María en Tucumán sirvió para reafirmar su estatus como uno de los grandes ídolos del fútbol argentino, un futbolista que no solo conquistó la gloria a nivel internacional sino que ahora también deja su huella en su tierra natal, demostrando que su magia trasciende las canchas y los colores.

Históricamente, el fútbol en Argentina ha sido mucho más que un deporte: es una expresión cultural, una forma de identidad y una pasión que une a generaciones, incluso en los momentos más difíciles.

La vuelta de las hinchadas visitantes, complementada con la presencia de un ícono como Di María, simboliza un paso adelante en la recuperación de esa tradición y de la pasión que despierta el balompié en cada rincón del país.