El entrenador argentino Miguel Ángel Gamondi llevó a Tanzania a los octavos de la Copa Africana de Naciones por primera vez desde su debut en 1980, gracias a un empate clave ante Túnez y a una campaña que sorprendió al continente.
Su experiencia acumulada en África se convirtió en la clave para que una selección históricamente inestable encontrara una identidad y, sobre todo, una posibilidad real de avanzar en el torneo.
El desenlace llegó cuando #Tanzania igualó 1-1 frente a Túnez en la tercera y última jornada del Grupo C. Ismael Gharbi abrió el marcador para los tunecinos, desde un penal ejecutado a los 43 minutos, pero apenas tres minutos después Feisal Salum firmó el empate que terminó siendo definitivo.
Con ese resultado, los tanzanos finalizaron terceros en el grupo, con dos empates y una derrota, alcanzando así la clasificación como uno de los cuatro mejores terceros de los seis grupos.
Para Tanzania, que nunca había ganado un partido en la CAN, aquello supuso un hito histórico y un despertar que quedará grabado en la memoria de su afición.
Gamondi no es ajeno a la singularidad del #fútbol africano. Oriundo de Olavarría, Argentina, su trayectoria en África se extiende por más de dos décadas, lo que le ha convertido en un especialista poco común.
En una trayectoria marcada por la perseverancia y una visión clara del juego, el entrenador ha relatado que “África terminó siendo mi casa futbolística”, una declaración que resume su apuesta por aprender, adaptarse y quedarse.
Su llegada a suelo africano no respondió a una planificación rígida, sino a una oportunidad que surgió y que él decidió aprovechar.
Antes de asumir la dirección técnica de Tanzania
Antes de asumir la dirección técnica de Tanzania, Gamondi ya había recorrido clubes y selecciones de Marruecos, Argelia, Sudáfrica y Burkina Faso, y dejó huella en instituciones de peso como Al-Ahly y Wydad Casablanca.
También compartió banco técnico con Ángel Cappa en Mamelodi Sundowns, una experiencia que fortaleció su entendimiento de la idiosincrasia del fútbol africano y su habilidad para trabajar con jugadores de distintas culturas.
Esta trayectoria le dio una ventaja estratégica: conoce con detalle la liga local y las realidades del continente, lo que se refleja en su forma de preparar a la selección.
En la actualidad, Gamondi combina el rol de entrenador del Singida Black Stars con el de seleccionador nacional de Tanzania, un doble reto que pocos asumen en el máximo nivel.
Su trayectoria reciente lo consolidó como un gestor que, más allá de resultados puntuales, busca construir una identidad sostenible: un equipo compacto, ordenado y solidario que no renuncia a la ambición.
En lo táctico, su sello se define por una preferencia por la posesión, la salida rápida y la presión alta, adaptadas a un torneo corto donde cada partido es una batalla.
La clasificación a octavos de la CAN, frente a potencias como Nigeria y Túnez, representa para Gamondi y para Tanzania un logro histórico que invita a soñar con etapas aún más importantes.
El propio entrenador ha señalado que llegar a cuartos sería extraordinario, pero ya haber alcanzado la fase de eliminación demuestra que el proyecto técnico va por buen camino.