El joven piloto argentino disfrutó de su tiempo libre en el kartódromo donde comenzó su carrera, mientras su futuro en la Fórmula 1 permanece incierto.

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Franco Colapinto ha vuelto a la pista que lo vio nacer como piloto, el kartódromo de Zárate, después de participar en su última carrera de Fórmula 1 hace veinte días.

El destacado piloto argentino, de tan solo 21 años, no pasó desapercibido para los habitantes de la localidad, quienes se agolparon en la entrada para verlo salir, montado en un karting y, supuestamente, en una Ferrari roja.

A través de su cuenta de Instagram, Colapinto compartió un video donde un aficionado captó su salida del circuito, mostrando la felicidad de estar nuevamente en un ambiente que le es tan familiar.

En su visita al kartódromo, Colapinto no solo volvió a subirse a un karting, sino que también se tomó el tiempo para interactuar con sus jóvenes aficionados.

En una de sus historias de Instagram, Colapinto publicó un momento donde llevó a dar una vuelta a una niña en su kart, mostrando su calidez y conexión con los fans desde su carrera en Europa.

Este tipo de interacciones son las que hacen que Colapinto no solo sea un piloto admirado, sino también un joven accesible y amable.

Colapinto, quien compitió con un kart KZ del equipo Acosta Racing, disfrutó de su tiempo en la pista junto al también piloto Gabriel Gandulia.

Sin embargo, aunque su visita fue un regreso a sus inicios, su futuro dentro de la Fórmula 1 sigue siendo incierto.

Actualmente, Colapinto ocupa únicamente el puesto de piloto reserva en Williams, aunque se rumorea que Alpine podría estar interesado en incorporarlo a su equipo a partir de la temporada 2025.


Desde que llegó a Argentina hace cerca de dos semanas, su tiempo ha estado dividido entre disfrutar con familiares y amigos y cumplir ciertos compromisos personales.

Uno de los más destacados fue su reciente graduación del colegio secundario, un logro importante después de haber dejado sus estudios para dedicarse a la competición en Europa a tan solo 14 años.

En un intento de relajarse y divertirse, el jueves por la noche, Colapinto se reunió con amigos en un restaurante asiático, donde intentó cocinar con la ayuda de un chef.

En una de sus historias, mostró cómo, con un soplete en mano, trató de dorar un alga marina, un proceso que resultó más complicado de lo que esperaba.

A pesar de las risas y los momentos divertidos, es claro que el piloto prefiere evitar el foco mediático por el momento, rechazando invitaciones a programas de televisión y gestionando sus apariciones con cautela.

Con cada paso en su carrera, Colapinto mantiene la promesa de seguir esforzándose, manifestando que si no logra una silla en la Fórmula 1, se dedicará a ser el mejor piloto reserva que se haya visto.

Este tipo de actitud es lo que lo ha llevado a destacar en el competitivo mundo de las carreras automovilísticas.

El joven piloto se sitúa en un período de reflexión y crecimiento, alimentando el entusiasmo de sus seguidores por lo que está por venir.