El empate 2-2 dejó al Fluminense lidiando con problemas internos y un técnico frustrado tras un desencuentro con Marcelo.

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El reciente empate 2-2 entre Fluminense y Gremio no solo dejó un punto para cada equipo, sino que también reveló una preocupante tensión en el banquillo del equipo carioca.

Durante el emocionante partido disputado en el icónico Maracaná, el entrenador Mano Menezes vivió un altercado con el lateral Marcelo, que estaba programado para entrar al campo para fortalecer la defensa en los momentos finales del encuentro.

Este incidente ocurrió en el minuto 90, en un momento en que Fluminense se encontraba por delante en el marcador 2-1. Menezes había decidido sustituir a Lima por el exjugador del Real Madrid, Marcelo, esperando asegurar el triunfo en los instantes críticos.

Sin embargo, un breve intercambio entre entrenador y jugador llevó a Menezes, evidentemente irritado por algo que Marcelo había dicho, a cancelar la sustitución, exclamando: "No entra". Marcelo, sorprendido y visiblemente afectado, regresó a su lugar en el banquillo, lo cual auguraba una atmósfera de descontento en el equipo.

La decisión del entrenador, al optar por el delantero John Kennedy en lugar de reforzar la defensa, terminó costando caro, ya que pocos minutos después, Gremio logró igualar el partido gracias a un penalti convertido por Reinaldo.

Esta situación provocó una ola de frustración en el banquillo del Fluminense, donde Felipe Melo fue expulsado tras protestar contra las decisiones arbitrales, un reflejo de la tensión acumulada dentro del vestuario.

Mano Menezes, al finalizar el partido, comentó sobre la situación: "Iba a poner a Marcelo en ese momento, pero oí algo que no me gustó y cambié de opinión.

Puse a John Kennedy, que es un jugador fuerte y te da salida". Agregó que la intención al introducir un jugador en esas etapas finales es para cerrar el partido de manera efectiva.

"El jugador lo sabe, y lo resolveremos internamente", enfatizó el técnico.

El Fluminense, que en años recientes ha sido un contendiente fuerte en la liga brasileña, ahora enfrenta un periodo turbulento.

Actualmente, se encuentra en el puesto 12 de la tabla del Brasileirao con 37 puntos.

Aunque tienen un lugar en la Copa Sudamericana asegurado por el momento, su situación es precaria y solo están a tres puntos de caer en la zona de descenso, lo que refleja la inestabilidad del equipo.

Por otro lado, Gremio se sitúa una posición por encima con 39 puntos.

La frustración de Menezes fue evidente cuando comentó: "Deberíamos haber celebrado otra victoria aquí y no lo hicimos por esas cosas del fútbol.

Jugamos para un marcador de cuatro goles por las claras oportunidades que tuvimos". Reconoció que su equipo dominó gran parte del juego, pero lamentó fallos que les costaron el resultado, concluyendo que el equipo mereció un desenlace diferente en el encuentro.