La tiradora argentina Fernanda Russo comparte sus reflexiones después de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, resaltando su crecimiento personal y la importancia del apoyo emocional.
Este domingo, Fernanda Russo, la talentosa tiradora argentina, ofreció una conmovedora declaración que dejó una huella en quienes la escuchaban.
A diferencia de las lágrimas de alegría que había mostrado en eventos pasados, como los Juegos Olímpicos de Río 2016, esta vez sus palabras estaban cargadas de profunda emoción.
Fernanda comentó sobre su evolución personal desde los Juegos de Tokio 2020, donde quedó en 30° lugar de 43 competidores en la competencia de rifle de aire a 10 metros.
La cordobesa, ahora de 24 años, expresó que su paso por Tokio fue un momento crucial en su vida.
Se refirió a tiempos oscuros que experimentó en el pasado, revelando que antes de estos Juegos había enfrentado pensamientos suicidas.
"Pude dar la mejor versión de Fernanda y muy atrás quedó la Fernanda con pensamientos suicidas después de Tokio", dijo, destacando lo agradecida que se siente por el simple hecho de estar compitiendo y disfrutando del deporte.
"Hay medallas mucho más importantes que una de oro", afirmó con firmeza.
Para ella, la verdadera victoria radica en estar viva y sentirse plena en el momento presente.
A pesar de que su rendimiento no fue el que esperaba, enfatizó el valor de haber participado y de poder celebrar la vida, algo que a veces puede pasarse por alto en el ambiente competitivo.
A lo largo de su trayectoria, Fernanda ha experimentado una notable transformación.
La joven que debutó en Río 2016 con esperanzas y sueños ha crecido y madurado.
Aseguró que ahora sabe realmente lo que significa disfrutar de un evento olímpico al haber tenido la oportunidad de participar en tres ocasiones.
Cada experiencia le ha brindado lecciones valiosas.
Esta vez, se mostró segura y decidida durante su participación en el Centro de Tiro de Chateauroux, un lugar remoto a más de 200 kilómetros de París.
Con lágrimas en los ojos, expresó su gratitud hacia quienes la apoyan, compartiendo que sus emociones no solo eran para su familia y amigos, sino también para aquellos que la acompañan en cada competición, especialmente en un deporte que no tiene la visibilidad que merece.
Fernanda también reflexionó sobre su futuro, subrayando que el alto rendimiento deportivo no se puede lograr sin una buena calidad de vida.
"No existe Alto Rendimiento si no existe calidad de vida", dijo, reafirmando su compromiso de luchar por mejores condiciones para los atletas en Argentina.
Además, planea continuar sus estudios en Gestión Deportiva, con la esperanza de generar cambios significativos desde adentro y mejorar la realidad de los deportistas.
Finalmente, Fernanda concluyó su mensaje con un fuerte llamado a la solidaridad: "Estamos aquí para ayudarnos unos a otros, no para competir entre nosotros", enfatizando que el camino hacia el éxito deportivo es un esfuerzo colectivo.
Sin duda, su experiencia en Tokio 2020 fue muchas más que una simple competencia; fue un viaje hacia la autocomprensión y el deseo de impactar positivamente en el deporte argentino.