La medallista olímpica comparte su dolorosa experiencia y suscita nuevas denuncias contra el entrenador.

Imagen relacionada de eugenia bosco denuncia abuso sexual entrenador

En un relato desgarrador, María Eugenia Bosco, quien obtuvo la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de París 2024, ha decidido hacer pública una experiencia traumática que sufrió durante su infancia.

La deportista, que se destacó en la clase Nacra 17 de vela junto a Mateo Majdalani, reveló que su exentrenador, Leandro Tulia, abusó sexualmente de ella cuando solo tenía 12 años y se entrenaba en el Yacht Club de Olivos.

Esta valiente declaración se llevó a cabo ante la Justicia de Vicente López, y tras su testimonio, al menos tres mujeres más han acudido para compartir relatos similares sobre el mismo individuo, quien ha sido apartando de su cargo con goce de sueldo en el mencionado club náutico.

Bosco, quien fue una de las abanderadas de la selección argentina en la ceremonia de clausura de París 2024, comenzó a desentrañar su trauma tras obtener su medalla.

La deportista decidió abordar lo que había vivido primero con su psicólogo y después con su familia. A su regreso a Argentina, optó por presentar formalmente la denuncia ante la UFE Género de Vicente López, bajo la supervisión de la fiscal Lida Osores Soler.

Según contó en una entrevista al diario La Nación, los abusos ocurrieron durante el tiempo que formaba parte de la escuela Optimist, una categoría de iniciación en la vela para niños y adolescentes de entre 6 y 15 años.

Tulia, un instructor con 20 años de experiencia a cargo de la enseñanza en esta institución, tenía un perfil muy cercano a sus estudiantes, llegando a vivir en el club y permitiendo que los alumnos se quedaran a dormir durante los fines de semana para maximizar su aprendizaje.

"Sucedió cuando era muy niña, en mis primeras experiencias de navegación. No sabía cómo explicarlo. Fue un evento que traté de olvidar hasta que, años más tarde, con el apoyo adecuado, comencé a entender y a recordar", expresó Bosco. En sus palabras, recordó lo emocionante que era viajar y competir como parte de un grupo, sintiéndose segura bajo el cuidado de un adulto que, en última instancia, no cumplió con su responsabilidad.


Desde que Bosco presentó su denuncia en octubre de este año, otros testimonios han emergido, describiendo situaciones que incluirían situaciones de manipulación y coerción, donde a menudo se ofrecían privilegios a cambio de actos indebidos.

Desde masajes hasta tocamientos inadecuados fueron algunos de los relatos que surgieron. "Durante mucho tiempo sentí vergüenza y culpa, cuando claramente no fue mi culpa. Después de un tiempo, me di cuenta de que yo era solo una niña", mencionó.

Actualmente, la denuncia está en una fase inicial de recolección de pruebas, abarcando testimonios tanto de las víctimas como de individuos que podrían haber sido testigos de la situación.

En contraposición, el abogado de Tulia, Daniel Marino Mazzocchini, ha declarado que su cliente es inocente y que los hechos supuestamente ocurridos son tan antiguos que están prescritos.

"Es una situación que no debería escandalizar a nadie", agregó, intentando desvirtuar la gravedad de las acusaciones.

El caso de María Eugenia Bosco resalta la importancia de proporcionar apoyo a las víctimas de abuso y la valentía que se necesita para hablar en busca de justicia.

Este tipo de denuncias no solo tiene un impacto en quienes las realizan, sino que también pueden servir de ejemplo y aliento para otras personas que hayan vivido situaciones similares.