A solo 12 años, la china Yu Zidi alcanzó un récord en los Mundiales de Natación, lo que reabre el debate sobre los riesgos físicos y psicológicos de competir en edades tan tempranas. Expertos advierten sobre los peligros del alto rendimiento infantil y la importancia de proteger la salud integral de los jóvenes deportistas.

La memoria de su éxito se quedó grabada en la historia, ya que igualó la marca de Inge Sorensen, una leyenda danesa que en 1936, con la misma edad, subió a los podios de los Juegos Olímpicos de Berlín.
Yu Zidi no solo sorprendió por su talento sino también por su logro en el relevo de 4x200 metros libres, donde se alzó con la medalla de bronce, dejando huella a nivel internacional.
Sin embargo, detrás de estos logros increíbles, emergen voces que advierten sobre los posibles riesgos que implica para la salud física y mental de los atletas tan jóvenes.
subraya la peligrosidad de someter a los niños a altas presiones y niveles de exposición propios del deporte de #alto rendimiento en edad temprana
La doctora Patricia Núñez de Aysa, especialista en rehabilitación en la clínica Ripoll y De Prado en Madrid, subraya la peligrosidad de someter a los niños a altas presiones y niveles de exposición propios del deporte de alto rendimiento en edad temprana.
Desde hace décadas, la historia del deporte ha mostrado que, si bien los jóvenes talentos pueden alcanzar logros extraordinarios, también pueden quedar marcados por secuelas a largo plazo.
Es importante recordar que la edad en la que los niños comienzan a competir en disciplinas de elite ha disminuido considerablemente en los últimos años.
En la actualidad, cada vez más niños y niñas empiezan a entrenar y competir a edades que antes se consideraban inapropiadas, motivados por la búsqueda de récords y la fama.
Pero este acelerado proceso puede violar las fases naturales de crecimiento y desarrollo, especialmente en atletas que todavía están formando sus cerebros y cuerpos.
La exposición constante al estrés, la ansiedad y la presión de la competición puede favorecer trastornos del sueño, problemas alimenticios y alteraciones psicológicas.
La misma doctora Núñez de Aysa explica que 'competir ante una multitud de espectadores sin una sólida red emocional puede ser muy dañino en edades tan tempranas.' La ansiedad y el miedo a lesiones, ligados al sobreuso muscular y a cargas excesivas en los entrenamientos, aumentan los riesgos para la salud. La recomendación es que los jóvenes deportistas cuenten con un monitoreo integral que incluya apoyo psicológico y educación sobre el cuidado de su cuerpo y mente.
Históricamente, el deporte ha sido una vía para la superación y el desarrollo personal, pero también ha dejado heridas en aquellos que no recibieron protección adecuada.
Desde la presión de entrenadores hasta las expectativas de los padres y la propia industria deportiva, los niños quedan vulnerables a desarrollar secuelas emocionales y físicas si no se implementan sistemas de apoyo adecuados.
En el caso de Yu Zidi, su talento ha logrado dejar una imagen de inspiración, pero también ha reavivado el debate sobre el límite entre la ambición deportiva y el bienestar infantil.
La pregunta que muchos se hacen ahora es si estos logros prematuros son realmente beneficiosos, o si algún día podrán traducirse en daños duraderos para las propias campeonas o campeones.
Mientras tanto, la comunidad deportiva internacional continúa trabajando en protocolos que protejan a los niños atletas, promoviendo una formación saludable y equilibrada.