Australia logra una victoria dominante en el tercer test contra las Indias Occidentales, con actuaciones sorprendentes de Mitchell Starc y Scott Boland que marcarán un capítulo inolvidable en la historia del cricket internacional.
La selección australiana, liderada por un despliegue espectacular de su cuerpo de lanzadores rápidos, dejó boquiabiertos a los aficionados y expertos, logrando una de las peores derrotas en la historia del cricket de prueba para las Indias Occidentales.
El partido, celebrado en un escenario emblemático, fue testigo de un despliegue de poderío con el balón. La estrella indiscutible fue Mitchell Starc, quien supuestamente lanzó una actuación de ensueño, logrando un impresionante total de cinco wickets en solo 15 balones.
Además, alcanzó la marca de 402 wickets en test, colocándose en la cuarta posición entre los máximos wicket-takers de todos los tiempos para #Australia en este formato.
Esta hazaña lo sitúa en un pedestal junto a leyendas como Shane Warne y Glenn McGrath, consolidando su legado en el cricket mundial.
Lo que hace aún más sorprendente la actuación de #Starc es que supuestamente rompió el récord de la menor cantidad de balones necesarios para conseguir un cinco wickets, establecido en 1945 por Ernie Toshack, con solo 15 pelotas.
En la misma jornada, Scott Boland, con una actuación igualmente estelar, logró un hat-trick en un test con pelota rosa, algo que presuntamente nunca antes se había visto en un partido de esta índole.
Boland, que supuestamente tomó 3 wickets en 2 bolas, eliminó a Justin Greaves, Shamar Joseph y Jomel Warrican consecutivamente, dejando a las Indias Occidentales con un total de 27 carreras en su segunda peor puntuación en la historia del cricket de prueba.
El despliegue de bolos rápidos australianos fue tan devastador que supuestamente redujo a los locales a un estado de impotencia, con varios jugadores dejando la cancha con ducks en sus hojas de estadísticas, incluido Jomel Warrican.
Con Starc logrando su sexta captura en la misma jornada
La humillante derrota fue sellada con la eliminación de Jayden Seales en solo 14.3 overs, con Starc logrando su sexta captura en la misma jornada.
Este resultado se produce en un contexto donde Australia ha mantenido una tradición de excelencia en el cricket de prueba, con figuras legendarias como Warne, McGrath y Nathan Lyon, quienes también superaron la marca de los 400 wickets en su carrera.
La actuación de Starc, en particular, no solo refuerza su estatus, sino que también supone una advertencia para los futuros rivales.
Por otro lado, las Indias Occidentales, que históricamente han sido un equipo con altibajos, presuntamente enfrentan una de sus peores crisis en décadas, con una defensa que no pudo hacer frente a la velocidad y precisión de los lanzadores australianos.
La derrota en Jamaica marca un punto de inflexión en la serie, y muchos analistas sugieren que la humillación podría tener repercusiones a largo plazo para la confianza del equipo caribeño.
Este partido también es recordado por ser uno de los más cortos en historia del cricket de prueba, con la primera innings de los visitantes colapsando en solo 27 carreras, apenas un run más que la recordada derrota de Nueva Zelanda ante Inglaterra en 1955, cuando los neozelandeses fueron eliminados por solo 26 carreras.
Supuestamente, esta serie y en particular este partido, serán analizados durante años como un ejemplo de la supremacía del cricket rápido australiano y del talento de jugadores como Starc y Boland, que con su rendimiento han elevado el nivel de la competencia internacional.
