Claudio Tapia, presidente de la AFA, ha realizado cambios significativos en el fútbol argentino, demostrando su habilidad para escuchar y adaptarse a las necesidades de los clubes y jugadores.
Claudio Tapia, una figura clave en el fútbol argentino, ha sido elogiado por su admirable capacidad de escuchar y atender las inquietudes de los jugadores y dirigentes.
Desde su etapa como vicepresidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), Tapia ha demostrado un compromiso constante con la mejora y el desarrollo de la Selección.
Cuando asumió el cargo de presidente, transformó el predio de Ezeiza en un moderno complejo deportivo, equiparable a aquellos utilizados por los futbolistas en Europa.
Su habilidad para la comunicación ha sido fundamental para construir un entorno político que lo mantiene en la cima de la AFA. Escuchando a los dirigentes, ha sabido implementar un torneo doméstico que, a su vez, se convierte en un punto de comparación con las ligas europeas.
Un ejemplo llamativo de su flexibilidad es la reciente modificación en los descensos de la Liga Profesional Femenina: en lugar de los cuatro descensos planteados en el reglamento para 2024, se ha optado por reducirlos a dos, a pedido de la Comisión de Fútbol Femenino.
Esto no solo responde a una necesidad inmediata, sino que también busca fomentar el crecimiento del fútbol femenino en Argentina.
La capacidad de Tapia para adaptarse a las circunstancias ha llevado a cambios significativos en el fútbol doméstico.
Por ejemplo, la implementación del VAR ha revolucionado la manera de jugar y ver el fútbol en Argentina.
Si bien todavía ha habido polémicas, la llegada de esta tecnología ha transformado la percepción de los partidos desde marzo de 2022.
Uno de los aspectos más controvertidos de su gestión ha sido su disposición a realizar cambios en medio de los torneos.
A diferencia de su predecesor, Julio Grondona, quien mostraba un respeto absoluto por los torneos en curso, Tapia ha introducido modificaciones en diversas ocasiones, incluso antes de que las competencias concluyan.
Bajo su administración, se han realizado cambios en las categorías del Ascenso y se les ha otorgado a los clubes la posibilidad de abrir la puerta a más ascensos.
La reestructuración del fútbol argentino ha sido evidente, con cambios que a menudo han resultado inesperados para muchos.
En 2019, durante una reestructuración que eliminó la Primera D, se lograron incrementar los ascensos de la Primera B a la B Nacional.
Esto ha provocado un embudo competitivo en la Segunda División, donde las oportunidades de ascenso son limitadas para un número creciente de equipos.
La relación de Tapia con los dirigentes también ha sido significativa.
Cuando surgió la Superliga, él fue comprensivo y ajustó los porcentajes que ingresarían a la AFA, manteniendo el control sobre los arbitrajes.
Incluso cuando la Liga Profesional de Fútbol (LPF) buscó desactivar el 'doble comando', Tapia se adaptó a la situación.
Su capacidad para escuchar y negociar ha sido clave en un ambiente donde las opiniones cambian con rapidez.
El legado de Tapia en el fútbol argentino es notable: en los últimos años, Argentina ha cosechado éxitos en su selección, incluyendo la obtención de copas América y un Mundial.
A nivel local, sin embargo, el camino no ha estado exento de obstáculos y controversias, ya que las modificaciones en las reglas han generado debates constantes entre clubes y aficionados.
La historia del fútbol argentino está marcada por la constante evolución y cambios, y esta tendencia no es nueva.
A lo largo de los años, la AFA ha adaptado sus reglamentos en medio de las temporadas.
Desde su afiliación a la FIFA en 1893, ya se habían llevado a cabo alteraciones a la normativa en plena competición, lo que evidencia un patrón histórico que persiste hasta nuestros días.
A medida que avanza el tiempo, la figura de Claudio Tapia continúa consolidándose como un referente en la administración del esporte más popular del país.