El técnico de la selección chilena se encuentra bajo presión tras las críticas y el rendimiento del equipo en las eliminatorias.
La selección chilena de fútbol se enfrenta a un crucial partido contra Brasil este jueves por la noche, donde una derrota podría desencadenar el final del breve pero cuestionado ciclo de Ricardo Gareca al mando de La Roja.
Críticas provenientes de distintos sectores, incluyendo viejas figuras del balompié nacional como Arturo Vidal, han comenzado a afectar la imagen del técnico argentino, quien hasta el momento no ha convocado al mediocampista en sus últimas listas.
En una reciente conferencia de prensa, Gareca no se contuvo y respondió con vehemencia a las acusaciones formuladas por la prensa: "Yo no puedo debatir con ustedes porque no son entrenadores", expresó, mientras abordaba el impacto de las críticas en su labor.
Desde su asunción, el estratega ha dirigido a Chile en siete encuentros, cosechando únicamente dos victorias, un empate y cuatro derrotas, lo que ha llevado al equipo a una preocupante penúltima posición en la tabla de las eliminatorias, con solo cinco puntos, muy por encima del último, Perú.
En las últimas semanas, Gareca ha enfrentado una situación particular al intentar comunicarse con Charles Aránguiz, actualmente jugador de Universidad de Chile, quien decidió no atender su llamada.
"Fue sorprendente, pero respeto su decisión.
No voy a entrar en más detalles", explicó Gareca.
Con respecto a la ausencia de Vidal en sus convocatorias, el entrenador aclaró que siempre ha mantenido un enfoque claro con todos sus jugadores: no puede garantizar titulares en el equipo, aunque todos han expresado su deseo de continuar representando a la selección.
"Hay que recordar que en estos momentos no existe ninguna selección más golpeada que nosotros debido a las numerosas bajas desde mi llegada", reconoció el Tigre, añadiendo que a pesar de las críticas, el ambiente dentro del equipo y con la dirigencia la ha recibido favorablemente.
"Desde que llegué, he sentido respeto tanto de los jugadores como de los administrativos y médicos.
Estoy aquí para terminar lo que comencé", agregó.
Uno de los puntos más debatidos ha sido la elección de los jugadores convocados, lanzando luz sobre la combinación de jóvenes promesas y la ausencia de figuras consagradas.
En un tono reflexivo, Gareca se tomó un momento para ofrecer una lección a los periodistas presentes.
"No me incomoda lo que se dice en los medios, yo estoy aquí para revertir esta situación.
Si hay algo bueno del fútbol es que todos pueden opinar, y yo lo respeto.
Sin embargo, la realidad es que ustedes no son técnicos; yo soy el que toma las decisiones dentro del campo", insistió.
La presión sigue aumentando tras la dura crítica a su gestión, y la incertidumbre sobre su futuro al mando de la selección chilena también se ve incrementada por el rendimiento del equipo.
Este encuentro contra Brasil no solo será una prueba de las capacidades futbolísticas de sus jugadores, sino un verdadero examen para Ricardo Gareca, que se encuentra en el centro de la tormenta mediática mientras busca llevar a La Roja a una mejor posición en el torneo.