La controversia estalló en el partido entre el Bayern Múnich y el Real Madrid por la Champions League, cuando un gol crucial fue anulado por offside.
La decisión del árbitro Szymon Marciniak llegó después de que Mazraoui disputara la pelota arriba y Müller le ganara de cabeza a Mendy pero justo antes de que De Ligt marcara de volea el 2-2 que mandaba el partido a la prórroga.
El defensor neerlandés salió corriendo a protestarle al árbitro polaco. Pero el señalado desde el banco del Bayern Múnich era el asistente, que no aplicó el delay de bandera y anuló cualquier posible acción del VAR, porque la jugada fue anulada antes del remate que terminó en gol.
¿Era offside el 2-2?
El protocolo #VAR exige que
El protocolo VAR exige que, a menos que la jugada sea extremadamente clara, el cuerpo arbitral dé ventaja para que luego se pueda revisar la jugada y ayudar al árbitro a tomar una decisión con las imágenes de video.
Pero como el línea cobró el offside y el árbitro se apoyó en él, no hubo posibilidad de una revisión. Matthijs de Ligt calificó de 'vergüenza' la decisión del Marciniak, ya que cuando 'no está claro el fuera de juego, tienes que dejar jugar'. 'Todos sabemos las reglas. Si no está claro el fuera de juego, tienes que dejar jugar', sentenció.
El línea se apuró en levantar la bandera. No era offside. El autor del gol anulado comparó la situación con el segundo gol de Joselu: 'Ha sido una vergüenza, con el gol de Joselu es fuera de juego y deja seguir jugando, ¿por qué no con nosotros? Es fácil hablar del árbitro pero lo han merecido'.
