La boxeadora argelina, medallista de oro olímpica, recurre a la Corte de Arbitraje para Deportistas ante la decisión de World Boxing de prohibirla sin una prueba genética previa, en medio de tensiones por los nuevos requisitos para los Juegos Olímpicos de París 2024.

La medida, que ha generado una gran controversia en el mundo deportivo, llega en vísperas del Campeonato Mundial de Boxeo que se celebrará en Inglaterra del 4 al 14 de septiembre de 2025.
Supuestamente, la decisión de #World Boxing fue tomada en mayo de 2025, en un intento por implementar pruebas de sexo obligatorias para todos los competidores, con miras a los Juegos Olímpicos de París 2024.
La organización argumentó que estas pruebas son necesarias para garantizar la equidad en las competencias, ya que supuestamente buscan prevenir posibles ventajas desleales.
Sin embargo, esta medida ha sido duramente criticada por diversos sectores del deporte, que consideran que viola derechos fundamentales y puede ser vista como discriminatoria.
Khelif, de 26 años, ha afirmado públicamente que nació como mujer y que siempre ha competido en igualdad de condiciones, defendiendo su derecho a participar sin someterse a pruebas que, según ella, invaden su privacidad y vulneran sus derechos humanos.
La atleta también ha señalado que, en su momento, pudo participar en los Juegos Olímpicos de París 2024 después de que el Comité Olímpico Internacional (COI) retirara a la Federación Internacional de Boxeo (IBA) de su estatus como organismo rector del deporte en esa edición, permitiéndole competir y ganar la medalla de oro.
También se ha mencionado que la organización mundial de #boxeo bloqueó a Khelif de participar en cualquier evento organizado por WB hasta que se someta a la prueba genética
Supuestamente, también se ha mencionado que la organización mundial de boxeo bloqueó a Khelif de participar en cualquier evento organizado por WB hasta que se someta a la prueba genética.
La medida, además, ha sido respaldada por el presidente de World Boxing, Boris van der Vorst, quien incluso emitió una disculpa pública por incluir a Khelif en su política de pruebas de sexo, argumentando que la intención era alinearse con los requisitos de los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028.
Es importante recordar que, en la historia del deporte, casos similares han generado debates éticos y legales. La controversia en torno a la participación de atletas transgénero en disciplinas donde las diferencias biológicas pueden influir en el rendimiento ha sido un tema recurrente.
En este contexto, la apelación de Khelif ante la CAS busca no solo revertir la prohibición, sino también establecer un precedente en la protección de los derechos de los atletas frente a políticas que puedan ser consideradas discriminatorias.
Supuestamente, algunos analistas deportivos y defensores de los derechos humanos creen que la decisión de World Boxing refleja un intento de las instituciones deportivas tradicionales de mantener ciertos estándares, pero también advierten sobre los riesgos de implementar medidas que puedan vulnerar derechos fundamentales.
La resolución final de la CAS será determinante para la regulación futura de las políticas de participación en el deporte internacional y para definir si las pruebas genéticas serán un requisito obligatorio en las competencias olímpicas y mundiales.
Mientras tanto, la comunidad deportiva internacional observa con atención cómo evoluciona este caso, que podría marcar un antes y un después en la lucha por la igualdad y la inclusión en el deporte de alto rendimiento.