El ex presidente Mauricio Macri expresa su preocupación por el rumbo de Boca Juniors bajo la presidencia de Juan Román Riquelme, y critica el estado del fútbol argentino en general.

El ex presidente argentino Mauricio Macri ha manifestado su desacuerdo con la dirección que ha tomado Boca Juniors bajo el mando de Juan Román Riquelme, actual presidente del club.

En una reciente entrevista, Macri aseguró que su preocupación por la situación del club es mayor que la que siente por el país, afirmando que mientras la nación tiene un curso claro, Boca carece de un rumbo definido.

"Me encontraba en un estado de ánimo positivo, pero ahora me genera tristeza el presente de Boca", declaró Macri, quien ocupó la presidencia del club entre 1995 y 2007, un período durante el cual Boca se destacó en el ámbito internacional al ganar cuatro Copas Libertadores y otros títulos significativos.

Durante su tiempo al frente, contaron con la destacada participación de Riquelme, quien se convirtió en uno de los ídolos históricos de la institución.

Macri enfatizó que, en su mandato, el éxito del club fue un esfuerzo colectivo y no estaba centrado en la figura de un solo individuo.

"Construimos una institución con un equipo de personas valiosas, y durante esos años Boca fue reconocido como el mejor equipo del mundo en varias ocasiones.

Ganamos una final contra el Real Madrid en el 2000 y eso no es algo que se logre con personalismos", indico el exmandatario.

Sin embargo, su crítica principal se dirigió al estilo de liderazgo de Riquelme, quien según Macri ha contribuido a crear un ambiente cargado de personalismo "enfermizo" que ha perjudicado a Boca.

"Este enfoque ha llevado al club a una posición de desprecio tanto externa como interna.

Esto me duele profundamente", precisó.

El estado de los resultados en el equipo ha causado preocupación entre los fanáticos, y en medio de este clima tenso, Macri no dudó en señalar el enfoque de Riquelme como uno de los principales problemas.

Además de su crítica hacia Riquelme, Macri también extendió sus comentarios al actual sistema del fútbol argentino.

En sus declaraciones, mencionó a Claudio Chiqui Tapia, presidente de la AFA, a quien responsabilizó de lo que él llama "populismo destructivo" dentro del ámbito del fútbol nacional.

"El fútbol argentino ha caído en una tendencia negativa en comparación con las normas globales, donde la mayoría de las ligas se han modernizado y han adoptado sistemas de competencia más eficientes.

En lugar de eso, aumentamos el número de equipos en Primera División a 30, lo que ha empobrecido la competencia y la calidad de los arbitrajes", comparó.

En sus críticas, Macri hizo énfasis en la falta de descensos en la liga, algo que considera una medida populista que fomenta la ignorancia y que podría afectar a la logística del fútbol a largo plazo.

En este sentido, declaró que si bien hay talento en los jóvenes futbolistas argentinos, el deterioro del sistema actual hizo que muchos de ellos busquen oportunidades en otros países desde muy temprana edad.

En resumen, las palabras de Mauricio Macri reflejan una profunda preocupación no solo por el status quo de Boca Juniors, sino también por el panorama general del fútbol argentino.

Su experiencia como líder del club y su visión crítica sobre la gestión actual sugieren que se necesita un cambio significativo para que Boca y, en consecuencia, el fútbol argentino, puedan recuperar su antigua gloria.