Boca Juniors empató en su último encuentro ante Tigre, generando incertidumbre en la hinchada y cuestionamientos al cuerpo técnico. La salida de Mariano Herrón y las modificaciones tácticas reflejan una etapa de transición en el club.

Imagen relacionada de la dificil situacion de boca juniors tras su empate con tigre y cambios en el cuerpo tecnico

El escenario en La Bombonera sigue marcado por la incertidumbre tras otro resultado que no cumplió con las expectativas. Boca Juniors, uno de los clubes más grandes de Argentina y con una historia llena de logros y desafíos, vive una etapa de zozobra. Hace seis meses, el ciclo de Fernando Gago en el equipo argento comenzó con una derrota aplastante, que dejó secuelas y señales negativas que derivaron en su pronta salida.

Desde entonces, el club ha estado navegando en aguas turbulentas, intentando encontrar una estabilidad que aún no llega.

En medio de esta crisis futbolística, la dirigencia optó por nombrar a Mariano Herrón como técnico interino, en un intento de estabilizar la situación y mantener la ilusión en los hinchas.

Sin embargo, los resultados no han sido los esperados. En el último enfrentamiento en el estadio José Dellagiovanna, Boca similar a la derrota del 20 de octubre pasado, no pudo mantenerse en la cima de la tabla y quedó fuera de la punta por diferencia de gol.

La actuación del equipo dejó más preguntas que respuestas, y la incertidumbre sobre el futuro técnico crece.

Durante el partido, el DT improvisó en varios aspectos, modificando esquemas y moviendo piezas en el campo sin lograr encontrar una fórmula efectiva.

De un esquema con línea de cinco, muy criticado en el pasado, pasaron a un 4-3-3 que generó todavía más dudas. La rotación de jugadores, con Kevin Zenón desplazado a la derecha y Carlos Palacios actuando lejos del arco, además de Alan Velasco como relevo en la banda izquierda, no lograron consolidar un funcionamiento claro.

La selección y posición de los futbolistas evidenció la búsqueda de respuestas ante un escenario difícil.

En la fase defensiva, Boca intentó sostener un 4-5-1, y en ocasiones, un 4-4-2 con Zenón en la izquierda. Sin embargo, los problemas en la contención fueron evidentes, con muchas falencias tanto en la recuperación como en la marca en pelota parada, que fue clave para que Tigre lograra empatar el encuentro.

La apertura del marcador vino de una acción rápida tras una jugada polémica, en la que hubo forcejeo entre Rodrigo Battaglia y Eric Ramírez, y que terminó con un disparo de Zenón que fue detenido con dificultad por el arquero Felipe Zenobio.

El segundo tiempo mostró una mejor versión de Boca, dominando la pelota y generando varias ocasiones de peligro, especialmente con Merentiel, uno de los futbolistas más participativos y peligrosos en el ataque.

Sin embargo, las oportunidades no fueron concretadas y las jugadas polémicas siguieron, incluyendo goles anulados por VAR, como un tanto de Belmonte y otro de Marcos Rojas por fuera de juego.

El cambio de entrenador en Boca es un reflejo de la necesidad de encontrar un rumbo. La salida de Merentiel, uno de los futbolistas más incisivos, para dar ingreso a Lucas Janson, no rindió lo esperado, y las lesiones y decisiones tácticas no lograron revertir la situación.

La derrota parcial en el marcador, que podría haber sido más amplia, terminó en igualdad gracias a un gol en el agregado de Scipioni, tras una serie de errores defensivos del equipo local.

El futuro de Herrón como técnico de Boca sigue siendo incierto, y las expectativas de los hinchas y directivos están puestas en una mejora definitiva.

La historia del club, con sus logros en libertadores y campeonatos nacionales, siempre será un referente de grandeza, pero en estos momentos, la crisis futbolística domina la escena.

Históricamente, Boca ha sido uno de los clubes con más estrellas y títulos en Argentina, con 35 campeonatos nacionales y 6 Copas Libertadores. La actual crisis pone a prueba la paciencia de su afición y la gestión del cuerpo técnico, que debe encontrar pronto soluciones para encarrilar el rumbo.

La inversión en jugadores y las decisiones tácticas serán clave en los próximos partidos, en los que la presión y las expectativas seguirán siendo altas.

La dirigencia sabe que revertir esta situación será fundamental para devolver la confianza a una hinchada que, pese a los altibajos, mantiene su pasión y apoyo incondicionales, deseosa de ver a Boca en su máximo esplendor.