El cuadro argentino se quedó sin opciones en la Copa Sudamericana tras una serie de polémicas en su partido contra Cruzeiro, que culminó en una tanda de penales.

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Boca Juniors dijo adiós a la Copa Sudamericana luego de perder en una dramática tanda de penales contra el Cruzeiro en el Estadio Mineirao de Belo Horizonte.

El equipo dirigido por Diego Martínez no logró adaptarse a las adversidades del partido y se enfrentó a varias decisiones arbitrales que generaron controversia a lo largo del encuentro.

La noche comenzó de forma desastrosa para los argentinos, ya que el defensor peruano Luis Advíncula fue expulsado apenas 29 segundos después del pitido inicial por una falta considerada como falta grave.

Este insólito incidente dejó a Boca con diez hombres y tuvo un impacto inmediato en el desenlace del partido, ya que poco después, Cruzeiro abrió el marcador.

A pesar de comenzar el encuentro en desventaja total, Boca Juniors logró remontar cuando Milton Giménez anotó el gol del empate, forzando así una tanda de penales tras un empate 2-2 en el tiempo reglamentario.

Sin embargo, la suerte no estuvo del lado de los argentinos,ya que Miguel Merentiel falló el último penal y dejó a sus compañeros visiblemente desolados.

El arquero de Boca, Sergio Romero, no se guardó sus opiniones sobre el desempeño arbitral, criticando al juez Wilmar Roldán, argumentando que sus decisiones favorecieron claramente al equipo local.

La controversia aumentó aún más cuando el segundo gol de Cruzeiro llegó de una jugada polémica, originada de un córner que algunos jugadores de Boca consideraron como un error de arbitraje.

En la jugada que derivó en el segundo gol, el árbitro auxiliar tomó la decisión de otorgar el tiro de esquina a Cruzeiro, ignora el posible desvío que pudo ocurrir antes de que el balón saliera del campo, lo que generó mayor frustración en el elenco argentino.


A las primeras horas del viernes, la Conmebol hizo públicos los audios de la revisión del VAR respecto a la expulsión de Advíncula, buscando justificar la decisión tomada, donde se expone que el contacto fue suficiente para justificar una tarjeta roja.

Sin embargo, muchos cuestionan si las decisiones fueron justas y acusan a los árbitros de no haber sido coherentes a lo largo del partido.

Este revés deja a Boca Juniors fuera de la competición, repitiendo el destino de otros grandes clubes como el Liga de Quito, actual campeón, que también fue eliminado en esta ronda.

En la misma semana, el Athletico Paranaense y Racing avanzaron a la siguiente etapa del torneo, mientras que otras escuadras como Libertad y Corinthians tuvieron que recurrir a penales para sellar su clasificación.

La derrota muestra la importancia de la concentración en momentos críticos dentro del juego.

Para Boca, la temporada ha sido llena de altibajos, y este fracaso en la Copa Sudamericana representa un duro golpe, considerando las altas expectativas puestas en el equipo al inicio del torneo.

A medida que avanza el torneo, los aficionados se preguntan qué estrategias adoptará el cuerpo técnico para transformar esta situación y regresar a la siguiente edición con mejores perspectivas y un equipo más sólido.