Boca Juniors sufrió una derrota ante Alianza Lima en el debut de la Copa Libertadores, generando críticas hacia su entrenador, Fernando Gago.

A pesar de que Boca tuvo más posesión durante el partido, no supo aprovecharlo. La desorganización en el equipo fue evidente y la defensa mostró serias falencias. El arquero Agustín Marchesín fue uno de los pocos que destacó en una jornada amarga, evitando que el resultado fuera más abultado. Su reacción salvadora en momentos críticos dejó ver que no todo estaba perdido para un equipo que ahora se enfrenta a severas críticas por su rendimiento.
Fernando Gago, el técnico de Boca, se encuentra en el ojo del huracán. Con diez bajas por lesiones y la suspensión de Luis Advíncula, Gago debió improvisar en su alineación. Sin embargo, muchos aficionados se preguntan si esa fue una justificación suficiente para el pobre rendimiento colectivo. A pesar de algunas victorias recientes en el Torneo Apertura, la imagen que dejó el equipo en Perú fue bastante negativa.
La debilidad defensiva de Boca fue expuesta desde el inicio. Un lateral del equipo local terminó en un gol para Alianza Lima, cuando Erick Noriega aprovechó un rebote de Marchesín. La presión ejercida por el equipo peruano desnudó las deficiencias en la zaga del conjunto argentino, que una vez más se vio incapaz de mantener el orden y la solidez defensiva.
Y los cambios tácticos no inquietaron a un #Alianza Lima bien organizado
Las decisiones de Gago también fueron cuestionadas. Por ejemplo, al optar por Rodrigo Battaglia en una posición que no le favorecía. La posición de los jugadores y las modificaciones durante el partido no lograron el efecto deseado, y los cambios tácticos no inquietaron a un Alianza Lima bien organizado.
A pesar de que Boca intentó reaccionar en el segundo tiempo, la premura por anotar llevó a la falta de claridad en el juego. Gago hizo varios cambios en la alineación, pero la ofensiva carecía de conexiones claras y de ideas frescas. El ingreso de nuevos jugadores solo logró generar un leve aumento en la dinámica, pero sin concretar oportunidades claras frente al arco rival.
Alianza Lima, con su propuesta de juego más directa y veloz, parecía tener una conexión más sólida entre sus líneas. Esto se vio reflejado en su capacidad para generar peligro con menos toques, destacando la experiencia de Hernán Barcos y la velocidad de Erick Castillo, quienes llevaron a cabo un desempeño notable.