Boca Juniors logra un apretado triunfo ante Talleres por penales, asegurando su continuidad en la Copa Argentina, mientras el DT Diego Martínez expresa su agradecimiento tras la victoria.

Tras un vibrante partido, Boca Juniors se clasificó a la siguiente ronda de la Copa Argentina al superar a Talleres en una tanda de penales que mantuvo a los aficionados al borde de sus asientos.

Raúl Cascini, miembro del Consejo de Fútbol del club, defendió a su entrenador, Diego Martínez, afirmando que, a pesar de la presión del momento, su puesto no estaba en riesgo esta vez.

La victoria fue especialmente dulce, considerando que el equipo venía de ser eliminado en la Copa Sudamericana por Cruzeiro, también desde el punto penal.

En el momento culminante del encuentro, el arquero Guido Herrera falló el tiro que definía el partido, lo que desató un torrente de emociones en el banquillo de Boca.

La reacción de Martínez fue notable: se arrodilló en el césped, llevando sus manos a su cabeza, en un gesto que parecía ser tanto de desesperación como de agradecimiento.

Esta escena reflejó la tensión acumulada y la presión que había sentido el entrenador a lo largo del torneo.

Juan Manuel Conte, preparador físico, se acercó rápidamente para ofrecer su apoyo, mientras Martínez se incorporaba y ambos se fundían en un abrazo.

En declaraciones posteriores, el DT explicó que un mareo lo llevó a caer al suelo, pero que en ese momento solo sintió que todo se nublaba a su alrededor.

"Este equipo ha vivido finales intensas en estos meses, y esa experiencia se notó en la cancha".

Martínez, en sus declaraciones, también destacó la importancia del trabajo arduo y la dedicación del equipo: "Le comentaba a Pol Fernández que no deberíamos haber sufrido tanto.

El fútbol, como me enseñó Gabriel Heinze, recompensa el esfuerzo.

Y hoy, después de un partido complicado, nuestro trabajo nos permitió avanzar". El DT hizo hincapié en que el verdadero esfuerzo por ganar se reflejó en la actuación de su equipo, que merecía llevarse el triunfo no solo en los penales, sino en los 90 minutos reglamentarios del encuentro.

Cada partido, según Martínez, representa una oportunidad para demostrar el compromiso de sus jugadores.

"Este grupo busca siempre la victoria.

Cada final que jugamos es para ganarla, y hoy lo merecimos, aunque haya sido un camino difícil", manifestó con un tono que combinaba optimismo y realidad.

A lo largo de la historia, Boca Juniors ha sido un club que ha sabido levantarse en momentos de crisis, y esta victoria, aunque sufrida, parece ser un reflejo del espíritu resiliente que caracteriza al equipo.

Con la vista puesta en la siguiente fase, tanto el cuerpo técnico como los jugadores están decididos a seguir luchando por sus objetivos en el torneo y se espera que este triunfo impregne de confianza a la plantilla.

Sin duda, el camino hacia el título de la Copa Argentina se presenta largo y lleno de desafíos, pero con el apoyo de su afición y la determinación de su equipo, Boca Juniors está listo para enfrentar lo que venga.