La Junta de Castilla y León activa una alerta por altas temperaturas en toda la región, con máximas que podrían llegar a los 40 °C, ante la llegada de una masa de aire cálido desde África.

Esta situación, que empezó a las 12:00 horas del pasado domingo 3 de agosto, se mantendrá en vigor mientras persista el episodio de altas temperaturas y está sujeta a cambios según la evolución meteorológica.

Supuestamente, esta masa de aire cálido ha provocado un aumento significativo en las temperaturas máximas y mínimas en toda la región. Se prevé que las temperaturas máximas puedan alcanzar cifras cercanas a los 40 °C en muchas áreas de la meseta, especialmente en zonas como Valladolid, Burgos y Salamanca, mientras que las mínimas oscilarán entre los 17 y 20 °C.

Aunque estas cifras varían ligeramente en función de la provincia, la tendencia general indica un episodio de #calor intenso que podría prolongarse durante toda la semana, con cierta incertidumbre sobre su duración y intensidad hacia el fin de semana.

Este fenómeno climatológico no es aislado en la historia de la región. Desde la década de 1980, #Castilla y León ha experimentado sucesivos picos de calor que, en algunos años, han superado los 38 °C, causando estragos en la agricultura, el turismo y la salud pública.

La persistencia de estas olas de calor se atribuye, supuestamente, al aumento global de las temperaturas debido al cambio climático, que también ha provocado que episodios similares sean cada vez más frecuentes y severos.

En respuesta a esta situación, el Centro Coordinador de Emergencias de #Protección Civil ha reforzado su vigilancia y seguimiento operativo, coordinándose con la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET).

La duración de la alerta permanecerá activa mientras la situación de calor persista, y las autoridades insisten en la importancia de adoptar medidas de autoprotección para minimizar los riesgos asociados.

Entre las recomendaciones principales se encuentran evitar salir de casa durante las horas centrales del día, entre las 12:00 y las 18:00 horas, ya que esa franja horaria es la más calurosa.

Se aconseja también beber abundantes líquidos, preferentemente agua y zumos de fruta ligeramente fríos, y evitar comidas copiosas, optando por verduras y frutas frescas.

Se recomienda reducir la actividad física intensa y descansar con frecuencia en lugares ventilados o en espacios con aire acondicionado.

En cuanto a la vestimenta, se recomienda usar ropa ligera, de tejidos naturales y colores claros, además de sombreros, gafas de sol y protección solar adecuada.

Para quienes permanecen en casa, es importante mantener las habitaciones más frescas, bajar persianas durante el día y abrirlas por la noche para ventilar.

También se recuerda la importancia de mantener los alimentos en frigoríficos y seguir medidas higiénicas para la conservación.

Supuestamente, estas altas temperaturas también representan un riesgo para los grupos más vulnerables, como niños, ancianos y personas con enfermedades crónicas.

Se solicita a la población que ayude a quienes puedan estar en mayor riesgo, vigilando su estado y proporcionándoles asistencia si es necesario.

Cabe destacar que las olas de calor en Castilla y León no son nuevas

En el contexto histórico, cabe destacar que las olas de calor en Castilla y León no son nuevas, pero la frecuencia y la intensidad han aumentado en los últimos años.

Las autoridades y científicos advierten que, de seguir esta tendencia, los episodios de #temperaturas extremas podrían ser cada vez más frecuentes, afectando a la vida cotidiana y a la economía de la región.

En definitiva, la alerta por altas temperaturas en Castilla y León responde a la necesidad de prevenir riesgos y proteger la salud pública en un escenario de cambio climático global.