La Junta de Castilla y León ha declarado una alerta general y alarma extrema en varios municipios por la probabilidad de incendios forestales debido a condiciones meteorológicas adversas, estableciendo medidas restrictivas para prevenir desastres.
La Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio supuestamente ha activado un plan de emergencia ante la persistencia de temperaturas elevadas, baja humedad ambiental y fuertes vientos, que incrementan notablemente el riesgo de incendios en zonas rurales y montañosas.
Este aumento en el peligro de incendios no es un fenómeno aislado, ya que supuestamente la historia reciente de la región evidencia múltiples olas de calor que han contribuido a la sequedad de la vegetación.
Desde hace varias décadas, #Castilla y León ha enfrentado numerosos incendios de gran magnitud, algunos de los cuales han devastado miles de hectáreas.
Por ejemplo, en 2005, un incendio en la provincia de León arrasó con aproximadamente 4.000 hectáreas, y en 2012, otro en Zamora quemó cerca de 3.500 hectáreas.
En este contexto, la Junta ha establecido medidas extraordinarias para tratar de evitar que estos incendios se conviertan en tragedias de mayores dimensiones.
La declaración de 'Alerta' general implica que está prohibido encender fuego en espacios abiertos, incluyendo zonas recreativas y de acampada, incluso en aquellas áreas habilitadas para ello.
También se prohíbe el uso de barbacoas en exteriores, la utilización de fuegos artificiales y la quema de restos agrícolas o forestales en toda la comunidad.
Adicionalmente, se suspenden todas las autorizaciones existentes para el uso del fuego, y se prohíbe la introducción y utilización de material pirotécnico, como cohetes y fuegos artificiales, en los municipios afectados.
La maquinaria que pueda generar chispas, como soldadores, radiales o sopletes, no puede operarse en el monte ni en los 400 metros circundantes, salvo en casos de intervención de emergencia o trabajos autorizados para la reparación urgente de infraestructuras.
Las empresas y particulares deben extremar la precaución y contar con los medios necesarios para actuar ante cualquier inicio de fuego.
Que regula el uso del fuego y las acciones preventivas contra incendios forestales
Por otra parte, en los municipios considerados como los más vulnerables, la Junta ha declarado una 'Alarma extrema'. Esto implica que en estos lugares se aplican medidas aún más restrictivas, siguiendo la Orden FYM/510/2013, de 25 de junio, que regula el uso del fuego y las acciones preventivas contra incendios forestales.
Entre ellas se incluye la prohibición total del uso de ahumadores en actividades apícolas y la restricción del tránsito y la presencia de personas y vehículos en los montes, salvo en casos de necesidad o emergencia.
Supuestamente, las autoridades están preocupadas por la extensión y virulencia de algunos incendios recientes, que han llegado a tener perímetros superiores a 100 kilómetros, lo que aumenta su potencial de propagación.
La situación es particularmente grave en provincias como León, Zamora y Palencia, donde la vegetación seca y las condiciones meteorológicas adversas favorecen la rápida expansión de las llamas.
Las autoridades llaman a la población a extremar las precauciones y a evitar cualquier actividad que pueda provocar un incendio. Se recomienda informar inmediatamente al 112 ante la presencia de llamas o humos sospechosos. La historia demuestra que una mínima imprudencia puede desencadenar una catástrofe, por lo que la colaboración ciudadana resulta fundamental.
En resumen, Castilla y León se encuentra en un momento crítico debido a las condiciones meteorológicas extremas y la amenaza constante de incendios forestales.
La coordinación entre las diferentes administraciones y la responsabilidad de cada ciudadano son claves para proteger su patrimonio natural y a las comunidades que habitan en estas zonas vulnerables.