Los avances en la cría en cautividad del urogallo en Castilla y León permiten liberar en la naturaleza a decenas de ejemplares y ofrecer nuevas esperanzas para la especie.

Durante la temporada de cría 2025, el centro de cría en Valsemana ha logrado criar un total de 76 pollos de #urogallo cantábrico, un resultado que marca un hito en la historia de la #conservación de esta ave en España.
Supuestamente, este éxito se ha alcanzado tras años de esfuerzo y desarrollo de protocolos específicos en manejo, alimentación, seguimiento sanitario y reproducción, que han permitido mejorar la tasa de supervivencia de los ejemplares y avanzar en la recuperación de la especie.
Los datos indican que de los 105 huevos incubados en el centro, con una fertilidad del 97%, han nacido 90 pollos, de los cuales 76 han alcanzado los tres meses de vida, superando así las fases más críticas de su desarrollo.
Estos resultados no solo representan un avance técnico y científico, sino que también ofrecen una esperanza real para la #reintroducción del urogallo en su hábitat natural.
La temporada próxima, se procederá a liberar en la provincia de León 40 ejemplares, 14 hembras y 26 machos, todos ellos equipados con dispositivos GPS y VHF para facilitar su seguimiento en tiempo real.
Presuntamente, esta monitorización permitirá recopilar datos valiosos sobre su adaptación al medio, patrones de dispersión, causas de mortalidad y supervivencia.
El trabajo realizado en Valsemana, que ha contado con la colaboración del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, ha sido posible gracias a la colaboración con instituciones europeas y el apoyo científico del INIA-CSIC.
La estrategia de conservación se complementa con esfuerzos en mejorar los hábitats
Además, supuestamente, la estrategia de conservación se complementa con esfuerzos en mejorar los hábitats, reducir molestias humanas y disminuir la presión depredadora por parte de mamíferos generalistas.
El total de pollos criados en esta temporada también contribuye a completar el stock reproductor del centro, que en la próxima campaña alcanzará 69 ejemplares (más 6 de reserva), permitiendo así una producción mayor en los próximos años.
La iniciativa forma parte de un plan integral para revertir la tendencia descendente de la población de urogallos en la región, que en décadas pasadas sufrió una fuerte disminución debido a la pérdida de hábitats, la caza y la perturbación humana.
Supuestamente, la recuperación de esta especie emblemática no solo tiene un valor ecológico, sino también cultural y turístico, dado que el urogallo es considerado un símbolo de la biodiversidad en la cordillera cantábrica.