La región de Castilla y León se suma a un proyecto nacional para equipar a alimoches con dispositivos GPS y mejorar su conservación, enfrentándose a amenazas como la contaminación y los accidentes en sus rutas migratorias.

Este proyecto, que forma parte de una estrategia nacional para conservar la avifauna en peligro, busca comprender mejor los patrones migratorios, hábitos de reproducción y las amenazas que enfrentan estos majestuosos aves en su hábitat natural.
El alimoche (Neophron percnopterus), considerado en peligro a nivel global y vulnerable en la península ibérica, es una especie que ha visto disminuir sus poblaciones en las últimas décadas debido a múltiples factores.
Según datos históricos, en los años 80, las poblaciones de alimoche en Europa estaban en declive, en parte debido a la intensificación agrícola, uso de pesticidas y pérdida de hábitat.
Actualmente, se estima que en España existen aproximadamente 1.500 parejas reproductoras, concentradas principalmente en Andalucía, Castilla y León, y las Islas Baleares, representando casi la mitad de la población europea.
El proyecto en Castilla y León, que se ha desarrollado con la colaboración de la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, ha logrado en su primera fase equipar con GPS a cuatro pollos en zonas de León, Salamanca y Zamora.
Además, se han colocado dispositivos en dos adultos en el norte del país. La intención es seguir expandiendo esta iniciativa en los próximos años, con la meta de equipar a más aves, tanto en su etapa juvenil como adulta, en toda la comunidad.
Supuestamente, el costo de estos dispositivos GPS es de aproximadamente 2.000 euros por unidad, lo que representa una inversión significativa para la conservación, pero necesaria para obtener datos precisos y a largo plazo.
Estos datos permitirán detectar rutas migratorias, áreas de alimentación y zonas de reproducción, así como identificar posibles amenazas, como envenenamiento, colisiones con infraestructuras humanas o molestias por actividades recreativas.
El seguimiento de estas aves se extenderá por un período mínimo de 3 a 5 años, lo que facilitará una visión integral sobre su comportamiento y amenazas emergentes.
Además, se realizarán estudios toxicológicos para detectar niveles de metales pesados, antibióticos y antiinflamatorios en las muestras biológicas, ya que supuestamente hay presencia de estos tóxicos en algunos hábitats, lo que podría tener efectos graves en la salud de las aves.
Este proyecto también busca profundizar en el conocimiento de amenazas menos visibles, que no siempre son evidentes en los censos tradicionales, pero que tienen un impacto considerable en las poblaciones de aves necrófagas.
Afectando no solo a los alimoches
La presencia de tóxicos en el medio ambiente, supuestamente, se ha incrementado por el uso indiscriminado de productos químicos en agricultura y ganadería, afectando no solo a los alimoches, sino también a otros animales silvestres.
El apoyo financiero de la Fundación Iberdrola España y el Hawk Mountain Sanctuary ha sido crucial para la puesta en marcha de esta iniciativa. Además, el trabajo de campo ha sido posible gracias a la colaboración de técnicos especializados y agentes medioambientales, como el Grupo de Intervención en Altura (GRIA), que ha accedido a los nidos para marcar a los pollos, y al Centro de Recuperación de Animales Silvestres de #Castilla y León en Valladolid, que ha facilitado el análisis de las muestras biológicas.
En un contexto más amplio, estas acciones forman parte de los esfuerzos europeos para evitar la extinción de especies como el alimoche, cuya población en el continente ha estado en declive desde hace varias décadas.
La Unión Europea ha implementado diversas directivas para la #protección de especies silvestres y sus hábitats, siendo España uno de los países con mayor responsabilidad en la #conservación de esta especie debido a su papel como uno de los principales refugios en Europa.
Se espera que los datos recopilados en los próximos años sirvan para diseñar estrategias más efectivas de conservación, incluyendo medidas para reducir las amenazas humanas y mejorar la gestión de los espacios naturales.
La iniciativa también pretende crear conciencia en la población sobre la importancia de proteger estas aves, que cumplen funciones ecológicas imprescindibles, como la limpieza de los ecosistemas mediante la eliminación de animales muertos.