La agencia Moody's ha reafirmado la sólida posición financiera de Castilla y León, equiparándola a la del Reino de España, destacando su capacidad para cumplir con sus obligaciones económicas.

La comunidad autónoma de Castilla y León ha logrado nuevamente un reconocimiento significativo en el ámbito financiero, al obtener una calificación de solvencia idéntica a la del Reino de España, según la prestigiosa agencia de calificación crediticia Moody's.

Esta calificación, que se clasifica como Baa1 con una perspectiva positiva, refleja la robustez de la capacidad de la comunidad para cumplir con sus obligaciones financieras.

Este logro no es un hecho aislado, ya que Castilla y León ha mantenido esta calificación desde abril de 2018, mostrando una tendencia positiva incluso cuando Moody's actualizó su perspectiva de estable a positiva en marzo del año pasado.

Uno de los factores clave que han contribuido a esta evaluación es la gestión presupuestaria eficiente que ha llevado a cabo la comunidad.

En 2023, Castilla y León logró un déficit que se situó por debajo de la media de otras comunidades autónomas, y los datos preliminares de 2024 indican que la comunidad alcanzó un ligero superávit del 0,03% en relación con su PIB, en contraposición al déficit del 0,10% que presentaron en promedio otras comunidades.

Esta diferencia subraya la eficacia de la gestión económica de Castilla y León, que se posiciona como la segunda comunidad con mejor ejecución presupuestaria en 2024, superando en casi 5 puntos porcentuales la media regional.

Otro aspecto que ha favorecido esta calificación es el moderado nivel de endeudamiento de la comunidad. Al finalizar el ejercicio de 2024, Castilla y León presentó el menor nivel de deuda en términos de PIB de los últimos diez años, alcanzando un 18,9%.

Esta cifra es considerablemente inferior a la media autonómica, que se sitúa en un 21,1%, lo cual es un indicativo claro del buen estado de las finanzas públicas de la comunidad.

Asimismo, Moody's ha destacado que el acceso a la financiación externa y un sólido perfil de liquidez han sido cruciales para alcanzar esta calificación.

La estrategia de Castilla y León se basa en una presencia activa en los mercados financieros, evitando depender de los mecanismos estatales de apoyo a la liquidez, como el Fondo de Facilidad Financiera, y sin necesidad de recurrir al Fondo de Liquidez Autonómico (FLA).

En 2024, la comunidad cubrió todas sus necesidades de financiamiento a través de los mercados, y en los primeros meses de 2025 ya ha formalizado aproximadamente un tercio de la deuda prevista para este año.

La calificación crediticia es un indicador esencial que evalúa la probabilidad de incumplimiento en el pago de deudas por parte de un emisor determinado.

La alta calificación de Castilla y León no solo refleja una baja probabilidad de impago, sino que también se traduce en condiciones financieras más favorables para la comunidad en el mercado de deuda.

Por el contrario, una calificación baja podría acarrear mayores riesgos y requisitos más estrictos por parte de los inversores.

Con este respaldo de Moody's, Castilla y León no solo reafirma su capacidad para gestionar sus finanzas de manera eficaz, sino que se posiciona como un ejemplo de buena práctica en la administración pública en España.