El emblemático Obelisco de Buenos Aires presenta su nuevo mirador con vistas inigualables de la ciudad, sumando un atractivo turístico único a la capital argentina.

Buenos Aires, la vibrante capital de Argentina, continúa renovándose y ofreciendo nuevas experiencias a sus visitantes y residentes. Uno de los hitos más recientes es la apertura de un mirador en el icónico Obelisco, uno de los símbolos más reconocidos de la ciudad y del país. Desde su construcción en 1936, el Obelisco ha sido testigo de numerosos eventos históricos y culturales, y ahora, con esta innovación, se consolida como un destino turístico aún más atractivo.
El proyecto, que culminó tras meses de trabajos de ingeniería y restauración, permite acceder a un mirador en la cúspide del monumento, a una altura de 67,5 metros.
La iniciativa fue impulsada por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, con la participación del arquitecto tucumano Alberto Prebisch, creador del monumento.
La instalación de un ascensor vidriado, que llega en solo un minuto a la cima, es la gran novedad que permite a los visitantes disfrutar de vistas panorámicas sin precedentes.
El ascensor, con un diseño moderno y tecnológico, cuenta con un lado vidriado y una pantalla que ofrece información en tiempo real sobre la ciudad.
Para garantizar la seguridad, se complementa con una escalera metálica en caso de emergencias, permitiendo el acceso a los visitantes desde la Plaza de la República, donde se encuentra el Obelisco.
Para llegar al mirador, los turistas deben subir 35 escalones después de descender en el ascensor, y desde allí podrán apreciar la ciudad en toda su extensión.
Este nuevo atractivo se suma a la historia del monumento, que ha sido testimonio de eventos históricos desde su inauguración en 1936, cuando fue erigido para celebrar los 400 años de la fundación de Buenos Aires.
En aquel entonces, el intendente Mariano de Vedia y Mitre destacó su importancia como símbolo de la identidad porteña, y desde entonces ha sido un emblema de la ciudad.
El Obelisco, que originalmente presentaba un revestimiento de piedra calcárea blanca, ha sido sometido a varias restauraciones para mantener su integridad.
En los últimos años, se reemplazaron las lajas originales por revoque y se llevaron a cabo trabajos de mantenimiento, como la sustitución del pararrayos, que por primera vez fue cambiado desde su instalación.
Durante el mes de mayo, en conmemoración del aniversario del Obelisco, se ofrecerán visitas gratuitas y exclusivas para los vecinos, con cupos limitados.
Además, el Ente de Turismo de la Ciudad trabaja en la implementación de una propuesta museográfica que enriquecerá aún más la experiencia de los visitantes.
Este proyecto no solo busca potenciar el turismo, sino también fortalecer la identidad cultural y patrimonial de Buenos Aires. Valentín Díaz Gilligan, presidente del Ente de Turismo, afirmó que “el mirador ofrecerá a los turistas una experiencia única, con vistas que superan las típicas fotografías”.
La iniciativa también fomenta la colaboración con el sector privado para mejorar la oferta turística y garantizar una experiencia memorable.
Desde su concepción en 1936, el Obelisco ha sido un símbolo de la historia y la cultura porteña. La idea de incorporar un ascensor interno surgió desde sus inicios, y en una carta del intendente Mariano de Vedia y Mitre en 1936 se expresaba el propósito de dotar al monumento de un ascensor para facilitar el acceso a la cúspide.
Casi 89 años después, esa aspiración se ha hecho realidad, permitiendo que generaciones puedan disfrutar de las vistas de una de las ciudades más emblemáticas de América Latina.
El nuevo mirador no solo es un atractivo turístico, sino también un espacio para promover la cultura y el patrimonio de Buenos Aires, consolidando su posición como una de las metrópolis más interesantes del mundo.
La iniciativa refleja el compromiso del gobierno porteño con la innovación y la preservación de su historia, ofreciendo a residentes y turistas una nueva forma de apreciar y celebrar la identidad porteña.