La nueva exposición del artista japonés Hiroomi Ito en Zaragoza desafía los estereotipos culturales sobre Japón y explora temas contemporáneos a través del arte y la gastronomía.
Desde hoy, la sala Torreón Fortea de Zaragoza se transforma en un espacio de conexión entre dos culturas con la inauguración de la exposición 'Ni sushi ni yakuza', del artista japonés Hiroomi Ito, quien actualmente reside en Barcelona.
Esta exhibición desafía las ideas preconcebidas sobre la cultura japonesa que se han divulgado en Occidente, proponiendo una reflexión profunda y ambivalente sobre su país natal.
En esta exposición, el espectador es invitado a ir más allá de los típicos estereotipos asociados con la cultura japonesa, como la gastronomía y los tatuajes.
Hiroomi Ito utiliza estos elementos como medios para explorar temas complejos que abarcan desde la identidad cultural hasta los desafíos que enfrenta la sociedad japonesa en la actualidad.
Su obra invita a una re-evaluación de lo que se considera japonés, evidenciando la compleja red de influencias globales que afectan a este país insular.
La exposición, que permanecerá abierta hasta el 5 de marzo, se caracteriza por el uso de materiales poco convencionales en el arte occidental, como el té tostado, el carbón de roble y el papel de morera.
Estos insumos permiten no solo un vínculo entre lo contemporáneo y lo ancestral, sino que también facilitan la elaboración de un discurso sobre las dinámicas entre Japón y el mundo.
Las piezas de Hiroomi Ito están inspiradas en el estilo nihonga, que emergió durante el período Meiji, cuando la influencia del arte occidental comenzó a ser notoria.
Este enfoque resalta la importancia de los elementos naturales y el equilibrio con la naturaleza, creando un diálogo constante entre tradiciones antiguas y concepciones modernas.
La exhibición no se limita a ser una simple colección de obras, sino que también aborda problemáticas actuales, como la precariedad laboral, la salud mental tras la pandemia y el impacto de la globalización.
Hiroomi, en su expresión artística, utiliza símbolos emblemáticos de su cultura, especialmente la comida japonesa, y los tatuajes para investigar estos temas.
A través de esta narrativa, el artista ofrece una visión matizada sobre la evolución de la sociedad japonesa, así como los dilemas que surgen al confrontar el peso de las tradiciones con la inmediatez de los cambios globales.
Uno de los aspectos más llamativos de 'Ni sushi ni yakuza' es la forma en que Hiroomi Ito combina su pasión por el arte y la gastronomía.
No solo se inspira en la comida japonesa para sus obras, sino que también integra elementos culinarios, como el té tostado, que proporciona un acabado envejecido a sus pinturas, y el carbón de roble, utilizado también en la preparación de yakitori, que forma parte de su proceso creativo.
Así, el artista se presenta como un cocinero que cura sus lienzos con el mismo esmero que uno pondría en la elaboración de una receta, entrelazando sus dos vocaciones.
Comisariada por Mario Malo, esta muestra no solo pone de manifiesto la rica relación history cultural entre Zaragoza y Japón, sino que también invita a una reconsideración crítica de la cultura nipona, alejándose del exotismo tradicional.
'Ni sushi ni yakuza' plantea una mirada contemporánea que reflexiona sobre la identidad cultural, los desafíos globales y las tradiciones que constantemente se ven impactadas por el tiempo.
Este acontecimiento artístico no se limita a la simple apreciación estética; representa una oportunidad única para adentrarse en la rica simbología de la cultura japonesa y explorar, a través de una perspectiva introspectiva y artística, temas universales que nos interpelan a todos.
Nos enfrenta a la necesidad de reevaluar nuestra propia identidad, nuestras raíces y el lugar que ocupamos en un mundo globalizado.