Se busca proteger la salud de los árboles en Sevilla mediante métodos sostenibles.

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En la ciudad de Sevilla, el Ayuntamiento ha lanzado una iniciativa destinada al control de la procesionaria del pino, una plaga que puede afectar gravemente la salud de los árboles.

Esta campaña, que se ejecuta a través de la delegación de Parques y Jardines, comenzó en noviembre y se extenderá hasta mediados de diciembre. Las labores se centran en lugares críticos como colegios, parques infantiles y zonas residenciales, donde la seguridad y la salud pública son prioritarias.

Evelia Rincón, delegada de Parques y Jardines, ha enfatizado el compromiso del Gobierno municipal con la protección de los árboles y el uso de métodos respetuosos con el medio ambiente.

"Es fundamental preservar la salud de nuestros árboles mediante técnicas que sean sostenibles y no invasivas", afirmó Rincón.

Para abordar la infestación de Thaumetopea pityocampa, conocida como oruga procesionaria, el Ayuntamiento está aplicando un tratamiento de endoterapia vegetal.

Este método consiste en inyectar insecticidas directamente en el sistema vascular de los pinos, lo que minimiza la dispersión de productos químicos en el aire.

En este caso, se está utilizando Abamectina al 1,8 % en ejemplares de Pinus pinea y Pinus canariensis. La endoterapia resulta especialmente efectiva en entornos urbanos de alta densidad, reduciendo los riesgos asociados a la exposición química para la población y los animales.

Asimismo, en pinos donde se observan nidos de orugas, el Ayuntamiento ha implementado la retirada mecánica de estos bolsones. Esta acción permite eliminar físicamente las colonias sin la necesidad de utilizar productos químicos, lo que contribuye a una gestión más segura y sostenible del arbolado urbano.


La variación en los ciclos de vida de la procesionaria, impulsada por el cambio climático, ha llevado al Ayuntamiento a reforzar la vigilancia en parques y zonas forestales.

Rincón destacó que "observamos cómo los ciclos de vida de estos insectos se adelantan debido al aumento de las temperaturas, por lo que la prevención se vuelve esencial".

La vigilancia incluye el uso de trampas de feromonas y un monitoreo constante de las larvas, lo que permite ajustar las acciones y maximizar la eficacia de los tratamientos.

Las actividades de monitoreo también incluyen la colocación de trampas para capturar a los adultos machos y dispositivos para atrapar a las orugas en descenso por los troncos, así como la instalación de cajas anidaderas para fomentar la presencia de aves que se alimentan de la procesionaria.

Hasta la fecha, se ha llevado a cabo el 50 % de la campaña de control de esta plaga. El objetivo no solo es evitar los daños que puede provocar su proliferación, sino también salvaguardar el arbolado urbano de Sevilla, asegurando así que las futuras generaciones puedan disfrutar de un entorno natural saludable.

De este modo, Sevilla sigue avanzando en su compromiso por adoptar prácticas sostenibles que beneficien tanto a su flora como a su población.