Se celebra un congreso en Sevilla dedicado a la arquitectura almorávide y almohade, destacando la relación cultural con Marrakech.
Recientemente, Sevilla ha sido el escenario de un importante congreso organizado por la Fundación Al-Idrisi Hispano Marroquí, el cual se centra en la arquitectura de las dinastías almorávide y almohade.
En este evento, los participantes tuvieron la oportunidad de visitar la emblemática Torre del Plata, que actualmente alberga la Delegación de Patrimonio del Ayuntamiento.
La delegada de Patrimonio, Amidea Navarro, ha hecho hincapié en la relevancia de este congreso y ha afirmado: "Hemos recibido en la Torre de la Plata a este importante congreso, que ha contado con la explicación del profesor Fernando Amores Carredano, un destacado experto en las últimas obras de la dinastía almohade en Sevilla". Esta declaración subraya el valor del encuentro, que ha reunido a historiadores, arquitectos y amantes de la cultura que buscan entender mejor las conexiones históricas entre España y Marruecos.
Navarro también destacó los vínculos culturales y arquitectónicos que unen a Sevilla con Marrakech, una ciudad que, al igual que Sevilla, fue parte fundamental de los imperios almorávide y almohade, que se desarrollaron entre los siglos XI y XIII. Durante este período, ambos imperios alternaron su capitalidad y dejaron un legado que aún puede apreciarse en ciudades como Sevilla.
Entre los elementos arquitectónicos que perviven de esta etapa histórica se encuentran la Torre del Plata y la Torre del Oro, así como diversas secciones de las murallas que rodean el Conjunto Histórico de la ciudad.
Durante la visita del congreso, los asistentes tuvieron la oportunidad de explorar estos históricos tramos de murallas, que son testigos de un pasado glorioso.
Especialmente, se hizo hincapié en aquellos que están ubicados cerca de la Torre del Plata, que en épocas posteriores sirvieron como sede de la Casa de la Moneda, un nombre que perdura hasta nuestros días.
Amidea Navarro también mencionó que los participantes del congreso pudieron seguir de cerca las explicaciones del profesor Amores, quien ha sido instrumental en presentar la hipótesis de que esta área albergó las atarazanas almohades.
Se dice que el califa Abu Yaqub había ordenado la construcción de estas atarazanas antes de embarcarse en una de las contiendas militares contra los reyes cristianos en la península ibérica.
Este enfoque en la arquitectura y la historia de Sevilla no solo enriquece el estudio académico, sino que también refuerza los lazos culturales y patrimoniales entre España y Marruecos, países que han compartido mucho a lo largo de los siglos.
Así, el congreso no solo celebra el pasado, sino que también invita a reflexionar sobre cómo estos vínculos pueden seguir enriqueciendo nuestras sociedades en el presente y futuro.