Una investigación revela un sistema de espionaje con drones en el fútbol canadiense durante años, involucrando a las selecciones nacionales masculina y femenina.
Según una investigación realizada por Radio-Canada, entrenadores de las selecciones masculinas y femeninas han presionado a sus empleados para que participen en estas actividades ilegales para obtener información crucial de sus rivales.
A pesar de que el escándalo se ha intensificado recientemente tras el incidente durante los Juegos Olímpicos de París 2024, donde un empleado del equipo nacional femenino fue sorprendido volando un dron sobre el entrenamiento de la selección de Nueva Zelanda, este comportamiento ha estado institucionalizado durante años.
Según testimonios de cerca de 20 exjugadores, entrenadores y empleados, esta obsesión por el #espionaje proviene de épocas anteriores, especialmente bajo la dirección de John Herdman, quien originalmente dirigió al equipo femenino antes de tomar las riendas del equipo masculino en 2018.
Herdman, que ha sido elogiado por llevar a las mujeres canadienses a obtener medallas de bronce en los Juegos Olímpicos de 2012 y 2016, es considerado por muchos como pionero en esta práctica de espionaje.
Fuentes señalan que se sospecha que fue él quien introdujo el uso de drones, y su influencia se ha extendido a su sucesora, Bev Priestman, quien se encuentra actualmente suspendida mientras se lleva a cabo una investigación independiente sobre el uso de #drones en la asociación.
Los testimonios indican que la presión sobre los empleados para participar en estas acciones era abrumadora. Un exjugador del equipo masculino comentaba: "Decir 'no' no era una opción. Herdman sometía a su personal a una gran presión. Si sus asistentes se negaban, quedaban al margen y podían ser excluidos del equipo”. Esa presión ejercida sobre los miembros del cuerpo técnico generó un ambiente tóxico, donde el temor a ser desplazado de sus posiciones les impedía cuestionar estas acciones.
El uso de drones no se limitó solo a los equipos senior
El uso de drones no se limitó solo a los equipos senior; también se extendió a las selecciones juveniles. Los informes sugieren que el espionaje era visto como un modo de estudiar a los rivales, y que algunos miembros del cuerpo técnico creían que era esencial para el éxito.
"Los drones se convirtieron en una herramienta regular para analizar los entrenamientos de nuestros oponentes", afirmó un antiguo colaborador de Herdman.
En una reciente conferencia de prensa, Herdman negó haber utilizado drones durante su tiempo como entrenador en competiciones importantes, aunque los testimonios sugieren que la práctica era común.
Algunos jugadores revelaron que aunque no estaban plenamente al tanto del uso de drones, recibían informes sobre la preparación del equipo rival.
La situación ha suscitado un gran debate sobre la ética en el #deporte y cuánto esfuerzo debería dedicarse a obtener ventaja sobre los competidores.
La Asociación Canadiense de Fútbol enfrenta el duro desafío de limpiar su imagen y abordar prácticas que han creado una cultura no solo de competencia, sino de deshonestidad.
Los resultados de la investigación se harán públicos pronto, lo que podría llevar a consecuencias drásticas tanto para la institución como para sus líderes.
Estos eventos ponen de manifiesto la creciente preocupación sobre el uso de tecnología en el deporte, y cómo prácticas que a menudo se consideran dentro de la norma pueden cruzar la línea de lo aceptable.
