
El continente europeo fortalece su capacidad de monitoreo climático y de calidad del aire con el lanzamiento de su primer satélite geoestacionario, que promete mejorar la protección de las comunidades y la resiliencia ante cambios climáticos.
El continente europeo fortalece su capacidad de monitoreo climático y de calidad del aire con el lanzamiento de su primer satélite geoestacionario, que promete mejorar la protección de las comunidades y la resiliencia ante cambios climáticos.