
Un satélite de aproximadamente 76 millones de euros, respaldado por Jeff Bezos y diseñado para detectar emisiones de metano, ha sido perdido en el espacio, representando un revés en las esfuerzos globales para monitorear la contaminación por este potente gas de efecto invernadero. A pesar de ello, las investigaciones continúan y el interés en estrategias para reducir fugas de metano sigue vigente.