 
                                        Una monja de 81 años desafió las normas oficiales para rendir homenaje en silencio a Francisco, mostrando su compromiso con los más desfavorecidos en los momentos finales del pontífice.
 
                                        Una monja de 81 años desafió las normas oficiales para rendir homenaje en silencio a Francisco, mostrando su compromiso con los más desfavorecidos en los momentos finales del pontífice.