
El pontífice expresó en su testamento su deseo de ser sepultado en un lugar sencillo en la histórica basílica romana, reflejando su humildad y devoción a la Virgen María, en un acto que marca su despedida formal a su vida terrenal.
El pontífice expresó en su testamento su deseo de ser sepultado en un lugar sencillo en la histórica basílica romana, reflejando su humildad y devoción a la Virgen María, en un acto que marca su despedida formal a su vida terrenal.