
El río Negro, uno de los principales afluentes del Amazonas, ha alcanzado su nivel más bajo en los últimos 121 años. Esta sequía récord ha dejado a cientos de comunidades ribereñas aisladas y sin acceso a agua potable. Además, ha interrumpido la navegación comercial que abastece a la ciudad de Manaus, la cual está sufriendo las peores consecuencias de esta sequía. También se ha visto afectado el turismo en la región.