
Las principales cadenas de farmacias en Estados Unidos enfrentan una serie de cierres masivos, con Rite Aid declarando bancarrota por segunda vez en menos de un año y Walgreens y CVS reduciendo significativamente su presencia física. La situación refleja las dificultades del sector ante cambios en el consumo y la competencia digital, impactando a miles de empleados y a los clientes que dependen de estos servicios.