
Durante la reciente paralización del gobierno estadounidense, miles de militares continúan en sus puestos sin recibir salario, mientras el Congreso aún no llega a un acuerdo presupuestario para el año fiscal 2026. Este conflicto político ha generado preocupación sobre la continuidad de los pagos a los miembros de las fuerzas armadas y el funcionamiento de los servicios esenciales del país.