
El gobierno de Estados Unidos podría poner en venta una parte importante de su cartera de préstamos estudiantiles, una medida que generaría preocupación entre los millones de estudiantes que actualmente tienen deudas educativas. La posible venta busca, presuntamente, reducir costos y facilitar la emisión de nuevos créditos, aunque también podría implicar cambios en las condiciones de pago y protección del deudor. La noticia ha generado debate sobre el impacto que esto tendría en los beneficiarios y en la política educativa del país.