
La llama olímpica desembarcó en suelo francés en Marsella en un majestuoso velero de tres mástiles, siendo recibida por una multitud en una fastuosa ceremonia.
La llama olímpica desembarcó en suelo francés en Marsella en un majestuoso velero de tres mástiles, siendo recibida por una multitud en una fastuosa ceremonia.