
En 1935, tres destacados jugadores argentinos lograron escapar de ser enrolados en las fuerzas armadas italianas para luchar en Etiopía, en un contexto de creciente tensión internacional y movilizaciones bélicas. La huida de Enrique Guaita, Alejandro Scopelli y Andrés Stagnaro representa una historia de resistencia y astucia en tiempos de guerra, además de reflejar las complejidades del fútbol en esa época marcada por conflictos y migraciones.