El Ayuntamiento de València aprueba un presupuesto de casi 5 millones de euros para el Plan Cabanyal Canyamelar en 2026, con importantes inversiones en vivienda y regeneración urbana, y medidas para potenciar la participación vecinal y la sostenibilidad del barrio.

El consejo del Plan Cabanyal Canyamelar de València ha aprobado el presupuesto para el año 2026, que alcanza una cifra cercana a los 4,94 millones de euros, equivalentes aproximadamente a 4,3 millones de euros según la tasa de cambio actual.

Esta cantidad refleja la voluntad del Ayuntamiento de seguir impulsando la regeneración urbana y social en uno de los barrios más emblemáticos de la ciudad.

Supuestamente, este presupuesto incluye partidas destinadas fundamentalmente a la rehabilitación de viviendas, adquisición de inmuebles vacíos y proyectos de mejora en infraestructuras públicas, con el objetivo de revitalizar el barrio y ofrecer una mejor calidad de vida a sus residentes.

Entre las principales acciones, se contempla destinar unos 293.000 euros (aproximadamente 255.000 euros) a la compra de viviendas en el barrio, así como unos 128.000 euros (111.000 euros) para reformar viviendas existentes y otros 59.000 euros (51.000 euros) para mantenimiento y reparaciones en el parque de viviendas gestionado por la sociedad.

El consejo también aprobó en esta reunión el Código de Ética y Conducta del PCCSA, además de políticas para gestionar posibles conflictos de intereses y procedimientos para pagos y cobros, con el fin de garantizar la transparencia y legalidad en todas las actuaciones del organismo.

Estos documentos, supuestamente, refuerzan el compromiso del Ayuntamiento con la buena gobernanza y la gestión eficiente de los recursos públicos.

Desde el punto de vista técnico, las auditorías realizadas por la Intervención General de la Generalitat Valenciana del ejercicio 2024, presuntamente, no detectaron irregularidades en la legalidad y operativa del plan.

En particular, se destacó la regularización de gastos sin expediente, que en años anteriores alcanzaban cifras significativas, y que en 2024 quedaron subsanados, asegurando una gestión más transparente y controlada.

El concejal de Urbanismo, Vivienda y Licencias, Juan Giner, afirmó que el Plan Cabanyal Canyamelar es una herramienta clave para la transformación social y urbanística del barrio.

Según Giner, la participación de la Generalitat sigue siendo estratégica, especialmente en proyectos como los ARRUs y en la implementación de políticas de vivienda y regeneración urbana.

La colaboración entre el Ayuntamiento y la Generalitat busca, presuntamente, potenciar la recuperación del barrio, promoviendo que los vecinos residan en sus viviendas y limitando la presencia de viviendas turísticas.

Supuestamente, en los últimos dos años, entre 2024 y 2025, el plan ha puesto a disposición del público más de 50 viviendas y solares mediante subastas públicas, excluyendo expresamente cualquier uso turístico, de modo que el 83% de los adjudicatarios son o han sido residentes del barrio.

Además, el 100% de los jóvenes menores de 35 años que adquirieron inmuebles son vecinos o tienen vínculos estrechos con el Cabanyal o Canyamelar. Estas acciones pretenden frenar el proceso de gentrificación y mantener la esencia marineras de la zona.

El concejal Giner resaltó que estas políticas se complementan con medidas como la moratoria en licencias para viviendas turísticas y una normativa que limitará la presencia de apartamentos turísticos a un máximo del 2% en los diferentes barrios de la ciudad.

“El objetivo es que la revitalización del barrio sea visible, con calles reurbanizadas, espacios verdes renovados y dotaciones públicas en marcha, logrando que los residentes puedan disfrutar de un entorno más amigable y sostenible”, afirmó.

En conclusión, el presupuesto aprobado y las acciones en marcha muestran la voluntad del Ayuntamiento de València de consolidar un proceso de regeneración urbana inclusiva y respetuosa con las raíces históricas del Cabanyal.

La inversión, que en euros sería cercana a los 4,3 millones, refleja un compromiso firme para transformar el barrio en un espacio donde la vivienda y la comunidad sean prioritarias, garantizando un desarrollo equilibrado y sostenible en los próximos años.