El Ayuntamiento aprueba la modificación del PGOU para convertir unas naves en el barrio de San Antonio en equipamientos públicos y áreas verdes, mejorando la calidad de vida de los vecinos.

La Junta de Gobierno local ha dado un paso importante en la mejora del barrio de San Antonio al aprobar el inicio de la modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) para cambiar el uso de unas naves situadas en la calle Guatla.

Actualmente, estas construcciones estaban clasificadas como espacios terciarios, destinados principalmente a actividades comerciales y de servicios, pero tras esta decisión, pasarán a tener un uso dotacional, lo que permitirá su transformación en equipamientos públicos y áreas verdes para la comunidad.

Este cambio de uso representa una respuesta a las necesidades de la población local, que desde hace tiempo demandaba más espacios de convivencia, zonas verdes y servicios públicos de proximidad.

La iniciativa fue presentada por el concejal Juan Carlos Caballero, portavoz del gobierno municipal, quien destacó que "una vez más, el ayuntamiento trabaja de la mano con los vecinos para ofrecer soluciones a sus reivindicaciones".

La participación ciudadana ha sido clave en este proceso, ya que las inquietudes del vecindario han guiado las acciones del consistorio.

Históricamente, el barrio de San Antonio, situado en el distrito de La Saïdia, ha enfrentado desafíos relacionados con la falta de equipamientos públicos y espacios verdes, aspectos que afectan directamente a la calidad de vida de sus habitantes.

Las zonas cercanas a las calles de Sagunt, Pare Urbano, Luz Casanova y Sant Bru han sido objeto de distintas propuestas urbanísticas a lo largo de los años, muchas de las cuales no llegaron a materializarse debido a la oposición o la falta de consenso.

El proyecto inicial contemplaba la creación de una residencia de estudiantes en estas naves, una propuesta que fue rechazada por la comunidad local, preocupada por el impacto en el barrio y por la falta de espacios de ocio y encuentro para todos los colectivos.

En respuesta, el ayuntamiento decidió suspender la tramitación de licencias para parcelar y edificar en esa zona, dando paso a la redacción de un plan para convertir ese espacio en un área de uso público y de recreación.

Según informó el concejal Caballero, la modificación del PGOU incluye la reclasificación del suelo, pasando de un uso terciario a un sistema local de espacios libres y servicios públicos.

Esto permitirá la creación de un parque o zona verde, así como la instalación de equipamientos municipales, como centros de atención social, espacios culturales y áreas de descanso.

La intención es no solo regenerar urbanísticamente la zona, sino también ofrecer un entorno más saludable y amigable para los residentes.

El proceso ha contado con la colaboración de los vecinos, quienes han expresado su malestar ante el uso previsto inicialmente para las naves. La decisión de reconvertirlas en espacios públicos refleja la voluntad del ayuntamiento de atender las demandas de la ciudadanía y promover una planificación urbana más inclusiva y participativa.

El cambio en la normativa urbanística también contempla la modificación de la calificación del suelo en la zona, pasando de un ensanche a un sistema de espacios libres y servicios públicos, lo que facilitará futuras intervenciones municipales.

La inversión para la rehabilitación y adecuación de los espacios todavía está por determinarse, pero se estima que el proceso completo podría costar alrededor de 1,2 millones de euros, unos 1.100.000 euros, una cantidad que será financiada con fondos municipales y regionales.

Este tipo de acciones forman parte de una estrategia más amplia por parte de la administración local para modernizar y hacer más inclusivos los barrios históricos de la ciudad, fomentando la regeneración urbana y promoviendo un entorno más saludable y sostenible.

La transformación de estas naves en un espacio público y verde contribuirá a mejorar la cohesión social y la calidad de vida de los vecinos de San Antonio, en línea con los objetivos de la agenda urbana europea, que apuesta por ciudades más verdes, resilientes y participativas.