El aeropuerto de València alcanza cifras históricas en vuelos y destinos para la temporada estival, con más de 3,6 millones de plazas y nuevas rutas internacionales que fortalecen su perfil turístico sostenible.

El aeropuerto de València continúa consolidándose como uno de los principales puntos de conexión aérea en la península ibérica, manteniendo cifras récord durante la temporada de verano (de abril a septiembre).

En esta temporada, se ofrecerán aproximadamente 3,6 millones de plazas en vuelos de llegada, lo que representa un incremento del 4,3 % en comparación con el mismo período del año anterior, según datos de la autoridad aeroportuaria.

Además, la infraestructura aeroportuaria sumará cinco nuevas aerolíneas, elevando el total a 37 compañías operando vuelos a la ciudad, cinco más que en 2024.

Supuestamente, esta expansión en oferta aérea refleja la recuperación y crecimiento del turismo internacional en València, que ha sido uno de los objetivos prioritarios del Ayuntamiento y la Fundación Visit València.

La ciudad, conocida por su patrimonio cultural, su gastronomía y su clima mediterráneo, se está posicionando como un destino atractivo para viajeros de todo el mundo, especialmente en un contexto en que la conectividad aérea es clave para atraer turistas y potenciar la economía local.

Uno de los hitos de esta temporada es la reactivación de la ruta con Montreal, que supuestamente se recupera después de 13 años sin vuelos directos en esta conexión transatlántica.

Esta apertura supone un importante impulso para el turismo internacional, facilitando la llegada de visitantes de Canadá, un mercado que supuestamente presenta un perfil de turista respetuoso con la cultura local, con estancias prolongadas y mayor gasto medio, alineándose con la estrategia de turismo sostenible de València.

Adicionalmente, se han incorporado nuevas rutas con destinos como Reikiavik (Islandia), Pescara (Italia), Poznan (Polonia) y Oslo (Noruega). Estas conexiones refuerzan la presencia de la ciudad en mercados prioritarios y complementan las rutas existentes con destinos como Ámsterdam (operada por EasyJet), Bucarest (Dan Air) y Copenhague (SAS).

La ampliación de estas rutas confirma el compromiso de la ciudad por atraer un turismo internacional más comprometido, que además genera un impacto económico positivo y prolonga las estancias de los visitantes.

Desde el punto de vista histórico, la conectividad aérea de València ha ido creciendo de forma sostenida en las últimas décadas. En los años 70, la ciudad contaba con muy pocas conexiones internacionales, principalmente con destinos europeos cercanos. Sin embargo, en los años 2000, la apertura del Aeropuerto de Manises supuso un punto de inflexión, permitiendo ampliar la red de destinos y atraer turistas de diferentes continentes.

La incorporación de rutas transatlánticas y la llegada de aerolíneas de bajo coste en la última década han sido fundamentales para mantener la competitividad del aeropuerto valenciano.

El concejal de Turismo, Paula Llobet, ha destacado que “contar con una red aérea sólida y diversa no solo favorece el turismo, sino que también posiciona a València como un destino estratégico para la inversión, el talento y los congresos internacionales”.

Según ella, la evolución cualitativa de estas conexiones es tan importante como los números absolutos, ya que reflejan la calidad del perfil turístico que se busca atraer: visitantes respetuosos con la identidad local, culturalmente activos y con una mayor estancia media, lo que repercute positivamente en la economía local.

Supuestamente, las perspectivas para los próximos meses son optimistas, ya que las búsquedas de vuelos con destino a València en los primeros cinco meses de 2025 han aumentado un 1,4 % respecto al mismo período del año anterior, lo que indica una tendencia favorable para la temporada turística venidera.

La estrategia de mantener y ampliar la conectividad aérea se enmarca en los esfuerzos de la ciudad por consolidarse como un destino turístico sostenible y con un perfil de visitante que contribuya a la economía local y al respeto por su patrimonio cultural y medioambiental.