El Ayuntamiento intensifica sus acciones de control de cucarachas, mosquitos y roedores, empleando técnicas innovadoras y recursos especializados para proteger la salud pública urbana.

La Concejalía de Sanidad y Consumo ha reforzado de manera significativa sus esfuerzos en la lucha contra las plagas urbanas, implementando estrategias avanzadas y coordinadas en toda la ciudad para garantizar un entorno más saludable para sus habitantes.

La importancia de mantener a raya a cucarachas, mosquitos y roedores no solo radica en la comodidad, sino en la protección de la salud pública, especialmente en zonas sensibles como hospitales, parques y áreas residenciales.

Desde hace décadas, el control de plagas ha evolucionado considerablemente. En su origen, las campañas se basaban en la utilización masiva de productos químicos que, aunque efectivos, generaban preocupaciones por su impacto ambiental y riesgos para la salud humana.

Actualmente, las técnicas modernas combinan monitorización ambiental, control biológico y métodos preventivos para reducir la dependencia de insecticidas y biocidas agresivos.

En la ciudad, un equipo de 25 técnicos especializados realiza labores diarias en la red de alcantarillado, parques y jardines, además de en zonas agrícolas cercanas, como huertos urbanos.

Estos profesionales actúan en puntos críticos mediante inspecciones y tratamientos preventivos, con el fin de detectar y eliminar focos de infestación antes de que puedan afectar a la población.

En concreto, se llevan a cabo al menos dos tratamientos anuales en cada uno de los 75.000 registros de la red de alcantarillado y en los 65.000 registros en aceras y zonas públicas.

Asimismo, en la lucha contra los roedores, dos equipos de técnicos trabajan durante todo el año en 617 dispositivos distribuidos en parques y áreas verdes, así como en 300 instalaciones en zonas próximas a zonas agrícolas.

Estas campañas preventivas ayudan a minimizar riesgos sanitarios y a mantener controlada la población de ratas y ratones.

Por otro lado, el control de mosquitos, especialmente en áreas sensibles como hospitales, estaciones de transporte y parques, recibe atención semanal y mensual.

Un equipo de tres operarios se encarga de aplicar tratamientos en las malladas del Saler, acequias y puntos de concentración de agua estancada, con el objetivo de reducir la proliferación de estos vectores de enfermedades.

En cuanto a chinches y otras molestias, los técnicos municipales emplean productos no insecticidas que actúan físicamente, formando una película gelatinosa que asfixia a estos insectos sin recurrir a químicos peligrosos.

La pulverización se realiza con mochilas en aceras y espacios públicos, garantizando la seguridad de los residentes.

Las polillas, aunque no representan una amenaza para la salud, pueden causar molestias estéticas y de incomodidad. Los responsables municipales están atentos a su evolución, conscientes de que estos insectos suelen aparecer en temporadas de alta humedad y temperaturas elevadas, como ocurre en primavera.

La situación actual se considera puntual y se espera que, en breve, se resuelva mediante tratamientos específicos y controlados.

El pasado 6 de junio, en conmemoración del Día Mundial del Control de Plagas, la Concejalía organizó una jornada de sensibilización ciudadana. La actividad incluyó talleres educativos, campañas informativas y actividades lúdicas dirigidas principalmente a escolares, con el fin de fomentar la prevención y la detección temprana de plagas.

El concejal de Sanidad, José Gosálbez, destacó que "el control de plagas es fundamental para garantizar un entorno saludable y seguro para todos los vecinos.

Nuestro compromiso es seguir invirtiendo en técnicas innovadoras y formación para mejorar continuamente nuestras acciones". Además, subrayó que las inversiones en estos servicios, que en otras épocas se realizaban con productos químicos bastante costosos, ahora se gestionan con recursos que equivaldrían a unos 18.000 euros por tratamiento, ajustándose a las normativas ambientales y de salud.

El esfuerzo municipal, combinado con la colaboración de los ciudadanos, busca crear una ciudad más limpia, segura y saludable, minimizando los riesgos sanitarios asociados a estas plagas y promoviendo un ambiente más sostenible y respetuoso con el medio ambiente.